Un cuerpo bien nutrido y saludable es sinónimo de belleza exterior, por eso, un cabello seco, quebradizo o graso puede ser, más allá de un signo estético, un indicio de desequilibrio o problemas del interior del organismo.
Entonces, debemos preguntarnos qué hay detrás de un cabello seco, pues aquello que se esconde puede resultar más influyente de lo que pensamos y perjudicar, en otros aspectos, la salud del organismo.
Muchos son los nutrientes alimentarios que favorecen al estructura del cabello y por lo tanto, algunas deficiencias nutricionales en particular pueden debilitar el folículo piloso causando roturas y un menor ritmo de regeneración del cabello que culmina afectando su belleza natural.
Para corregir dichos signos de cabello dañado no es necesario acudir a múltiples productos, sino que los remedios naturales son, en este caso, los más afectivos. Entonces, es preciso que conozcamos cuáles son los nutrientes que pueden estar faltando cuando nuestro cabello no luce bien, para luego incorporarlos a la dieta y recuperar la belleza del pelo.
La vitamina A ayuda a mantener la integridad de los epitelios al intervenir en la síntesis de mucoproteínas y mucopolisacaridos, por lo que un déficit de la misma, no sólo afecta la piel, sino que puede resecar y debilitar el cabello. Para que no falte en nuestra dieta, debemos incluir alimentos que la contengan, como son aceites de pescado, leche, quesos, yema de huevo o fuentes de carotenos como zanahoria, zapallo, vegetales de color verde, maíz, naranja, entre otros.
Las proteínas son parte constituyente de la estructura del cabello y una dieta baja en este macronutriente puede ser la causa de un crecimiento débil y de un aspecto quebradizo, por lo tanto, no debemos descuidar el aporte proteico y para prevenir su déficit, no sólo podemos acudir a los alimentos de origen animal, sino que los cereales y las legumbres pueden brindarnos una ayuda.
Por otro lado, es importante que la alimentación incluya cantidades suficientes de ácidos grasos esenciales, pues éstos mantienen el brillo y la grasitud óptima del cabello. Sin embargo, no podemos abusar de las grasas, ya que ésto también genera un desequilibrio nutricional que puede opacar el pelo y afectar negativamente el cuero cabelludo. Entonces, es pertinente la ingesta en cantidades adecuadas de grasas saludables, como son las de origen vegetal que podemos encontrar en aceites y frutos secos.
Además de los nutrientes antes dichos, no podemos dejar de nombrar a los oligoelementos que contribuyen a tener un pelo saludable, como son el azufre, constituyente de proteínas del pelo, uñas y cartílagos, por lo que un déficit del mismo puede alterar la estructura del cabello. Lo podemos encontrar en carnes, huevos, leche, quesos, legumbres y nueces.
Asimismo, es importante cubrir las recomendaciones de biotina y aćido fólico, que podemos hallar en vísceras, yemas de huevo, legumbres y nueces, y en vegetales de hojas verdes, carnes, cereales integrales, levadura e hígado, respectivamente. Ambos nutrientes evitarán la descamación así como la lenta regeneración del cabello dañado.
Las uñas, el pelo, las mucosas de los ojos o la boca, son partes del cuerpo fundamentales para reconocer la existencia de carencias nutricionales, por lo tanto, su integridad debe ser controlada, ya que una dieta desequilibrada no sólo puede ocasionar estos rasgos físicos que afectan la belleza estética, sino que puede ser causante de otras afecciones más severas que comprometen la salud del organismo.
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