Hoy, 1 de octubre, se celebra el Día Mundial del Vegetarianismo: una forma de alimentación elegida cada vez por más personas en todo el mundo. Según la Encuesta Española de Ingesta Dietética de 2011, alrededor de 700.000 personas en España (un 1,5% de la población) se declara vegetariano; de ellos, cerca de un 30% son veganos.
El vegetarianismo es una opción dietética más, dentro de todas las que tenemos a nuestro alcance: no es mejor, ni peor, ni más sana por definición que cualquier otra dieta, ya que depende siempre de cómo esté planteada y de los alimentos que se incluyan en ella (es posible llevar una dieta vegetariana que no tenga nada de saludable). La American Academy of Nutrition determinó en 2015 que "las dietas vegetarianas y veganas correctamente planteadas son saludables, nutricionalmente adecuadas y pueden presentar beneficios para nuestra salud a la hora de prevenir ciertas enfermedades".
Los inicios de la alimentación vegetariana
Quizás la zona con una mayor tradición vegetariana en el mundo sea la India, debido a su cultura y a su religión, el hinduismo. En los Vedas, los textos más antiguos de la cultura india, se habla ya del no consumo de carne (haciendo alusión también al pescado y a los huevos). Esta tradición se ha mantenido hasta la actualidad: en nuestros días un 31% de la población de la India se declara vegetariana, según los datos del diario The Hindu, recabados en 2006.
La "dieta pitagórica" o "dieta vegetal" era como se conocía a la actual alimentación vegetariana ya en la Grecia Clásica
Si nos centramos en Europa, la alimentación vegetariana no es algo nuevo ni novedoso: ya en la Grecia Clásica grandes pensadores como Pitágoras y los pertenecientes a su escuela o Hipócrates apostaban por el rechazo a la carne y la alimentación basada en vegetales con el fin de preservar la buena salud del cuerpo y de mantener el equilibrio entre el hombre y el cosmos. No en vano a la dieta vegetariana también se la conoce como "dieta pitagórica".
Con la expansión del Imperio Romano, el vegetarianismo pasó a ser algo meramente anecdótico, resurgiendo en el Renacimiento (Leonardo Da Vinci, uno de los genios de esta época, era vegetariano) y con más fuerza en la Edad Contemporánea (desde finales del siglo XVIII).
El resurgir de la alimentación vegetariana
A mediados del siglo XIX, concretamente en 1847, surge en el Reino Unido la primera Asociación Vegetariana Británica (British Vegetarian Society), motivados sobre todo por la publicación en 1821 del libro Thalysie de Jean Antoine Gleïzès, donde se exponen argumentos fisiológicos y éticos a favor del vegetarianismo, y más interesados en las bases éticas de esta opción dietética, por encima de sus posibles efectos sobre la salud. Solo unos años después, en 1850, se crea la primera Asociación Vegetariana Americana.
A mediados del siglo XIX surge la primera Asociación vegetariana, basada más en los motivos éticos de esta elección alimentaria
Ya a principios del siglo XX, en 1908, se funda la Unión Vegetariana Internacional en Dresde (Alemania): la organización sin ánimo de lucro con una mayor relevancia a la hora de promover el vegetarianismo. Bajo ella se agrupan distintas asociaciones de diferentes países, y es la encargada de organizar congresos mundiales como el VegFest.
En la segunda mitad del siglo XX, el vegetarianismo estuvo estrechamente ligado a los movimientos pacifistas y de no violencia que surgieron sobre todo en Norteamérica. En este sentido, el vegetarianismo en esta época se vuelve más una cuestión ética, dejando en un segundo plano los posibles beneficios para la salud.
La situación del vegetarianismo en la actualidad
Como decíamos, en la actualidad el número de personas que siguen una dieta vegetariana alrededor del mundo va en aumento: en Norteamérica, por ejemplo, el total asciende a un 4% de la población según un estudio de 2012 (más de 11 millones de vegetarianos norteamericanos).
Las motivaciones, eso sí, han cambiado. Esta encuesta de la revista TIME realizada en 2002 sobre una muestra de población norteamericana nos dice que más del 30% de los vegetarianos encuestados han decidido serlo por motivos de salud, un 15% para evitar la presencia de hormonas y químicos en su alimentación y un 13% porque no les gusta la carne. Por debajo de este porcentaje quedan razones como la preocupación por los derechos de los animales o por el planeta.
El número de personas que optan por una alimentación en la que no haya productos de origen animal crece día tras día: en España 700.000 personas se declaran vegetarianas
Sí es cierto que, por las razones que sean (algunos hablan de convicciones éticas, otros de temas de salud, otros de que se trata solo de moda) el número de personas que optan por una alimentación sin productos de origen animal lleva creciendo desde hace años (en Reino Unido el número de veganos ha crecido un espectacular 360% en los últimos 10 años, mientras que en Alemania, el país con más vegetarianos de Europa, llegan al 10% de la población).
La mayor información a nuestro alcance, el hecho de que cada vez más profesionales se formen para poder prescribir dietas vegetarianas, y el aumento exponencial de locales donde tenemos acceso a alimentos aptos en una dieta vegetariana también son factores que han impulsado el ascenso de esta opción alimentaria.
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