Dieta del bocadillo. Análisis de dietas milagro (LVI)

Esta dieta es una dieta milagro porque lo que vende es humo. Lo que tú dices de la percha para dejar malos hábitos, con todos los respetos, no tiene la menor fundamentación, más allá de aquellos que no tienen claro que tienen que dejar esos malos hábitos atrás. Yo hace dos meses y medio empecé un tratamiento de obesidad en el que de un día para otro he tenido que renunciar a ir a bares o cafeterías, a hacer la compra a grandes superficies, a cualquier comida rápida comprada en la calle, a fritos, a la inmensa mayoría de alimentos industriales, a embutidos, a pan, a harinas, a arroz, a refrescos (con o sin azúcar), a dulces de cualquier tipo; reducir al mínimo la ingesta de sal y aceite, y aunque para mí no era un problema, adiós al alcohol. ¿Te parece poco?

Pues hay más. Ese mismo día tuve que empezar a seguir una rutina de deporte establecida, que debía cumplir sin fallar ni por defecto ni por exceso, y eso una hora por la mañana y una hora por la tarde. Y lo más importante, respetar milimétricamente mis 5 comidas diarias para convencerme de que si tengo hambre entre comidas, no es hambre, sino ansiedad.

Y si aún no es suficiente, todavía queda lo más importante, que es eliminar la máxima ansiedad posible de mi vida, ya que los obesos tenemos asociada la ansiedad con la comida, es nuestro peor enemigo; por eso nos hemos ganado a pulso ese 'sanbenito' de bonachones cuando estamos hartándonos de comer, y de 'malafollá' cuando nos ponemos a dieta; porque tapamos la ansiedad con el saciado de la comida.

Esto lo he hecho de un día para otro y siempre todo convenientemente supervisado. El resultado ahora mismo es inmejorable:

1) He pasado de Obesidad tipo III a Obesidad tipo I. Para mí es el logro más importante, pues he dado un salto enorme en mi salud

2) Ya estoy superando la etapa de desintoxicación, ya empiezo a disfrutar de lo que como y no echo cada vez de menos el pan o los embutidos. Esto es fundamental para el mantenimiento

3) He adquirido unos hábitos de deporte que hace sólo un mes para mí eran impensables. No fallo ni un día a mi rutina de deporte diaria, y los fines de semana, que ahora sí tengo libertad porque ya he reducido muy significativamente el riesgo de lesiones, lo que me pide el cuerpo es hacer rutas largas de bicicleta, y ya con cuestas de por medio. Esto también es fundamental para la fase de mantenimiento.

4) Al eliminar muchos focos de ansiedad, estoy alcanzando un nivel de tranquilidad en mi vida que no lo recuerdo en décadas.

5) Mi patología dual está desapareciendo, especialmente en mi caso la dermatitis, el motivo principal de mis visitas al médico y por lo que he intentado de todo y nada me funcionaba. También un esguince mal curado que tenía en el pie ya casi no me molesta lo más mínimo

Y por último, y esto sin numeración porque en realidad no es una ventaja, sino una consecuencia, he perdido ya 26 kilos, y hoy mismo he tirado un montón de ropa inservible y me he comprado pantalones de talla 46 y camisetas de talla L. No recuerdo en mi vida haber disfrutado comprando ropa. Era siempre un suplicio. La ropa que me gustaba no tenían talla para mí; y de la que había talla o era carísima o era horrorosa. Al final terminaba comprando aquellas prendas que simplemente me entraban, sin importar el diseño. Hoy he disfrutado comprando camisetas de 6 euros.

Por cierto, y sólo para que entendáis un poco mejor mi tratamiento, esto último del peso y las camisetas, no debo de hacerlo, porque esto es "mostrarme". Si lo hago en vivo y en directo, corro el riesgo de que me aplauda la gente y me lo tome como un "premio". El premio para un obeso es una barra de pan de harina candeal y un buen chorizo. Así que nada de premios ni condecoraciones.

De hecho, una de las pautas que debo seguir en esta línea es tener una vida social ahora lo más restringida posible. Para comprar esa ropa he tenido que pedir permiso y justificar que era una necesidad porque la ropa que tenía se me caía. Y aún así, reconozco que cuando me visto con la ropa nueva, me he subido un poco.

Sólo me podía comprar un pantalón, dos camisetas y una camisa, y "normalitos"

"Lo que tú dices de la percha para dejar malos hábitos, con todos los respetos, no tiene la menor fundamentación"

Si lees correctamente lo que digo, critico las dietas milagro por peligrosas, pero alabo la "percha" que comento. La motivación es fundamental, en tu caso, la motivación ha sido interna, y has podido empezar de un día para otro. Y me parece estupendo. Yo nunca he fumado y no puedo hablar más que por boca de otros. Mi padre dejó de fumar de un día para otro. Sin embargo mi mujer tuvo que seguir un protocolo de ir bajando paulatinamente el número de cigarrillos y unas pastillas para la ansiedad.
Y en las dietas lo mismo. Mi sobrino a raíz de la muerte de su padre por un infarto, empezó una dieta y un programa de ejercicio de un día para otro. Y sin embargo conozco gente que necesita un protocolo, de un día libre, o comer todos los días un determinado producto, o necesitan hacer un deporte competitivo en vez de gimnasia individual para mantener la motivación.
Así que, puede que no estés de acuerdo conmigo, pero yo lo fundamento y tú me cuentas tu caso particular.

Es que ese es el problema, que los profesionales dejan un poco al margen la motivación. ¿O no habéis visto esas fotocopias de fotocopias de fotocopias de originales hechas a máquina de escribir, de dietas de 1500 Kcal que dan algunos médicos de cabecera?. No es tema de milagros, pero para todo se necesita motivación. Y si no la tienes desde dentro, te la tienen que pintar desde fuera.