Los primeros días del año suelen ser los elegidos por la mayoría de la población para iniciar una dieta: entre los buenos propósitos de año nuevo casi siempre se encuentra el de bajar de peso lo cual, unido a los excesos gastronómicos cometidos en la fechas navideñas nos lleva a buscar soluciones rápidas en forma de dietas depurativas o restrictivas. Pero estas dietas no funcionan por el simple hecho de que no necesitas una dieta: necesitas un cambio de hábitos.
Hace unos días el canal TED posteó en su web este vídeo en el que Sandra Aamodt, doctorada en neurociencia, explica su experiencia con las diferentes dietas a lo largo de su vida, por qué éstas no funcionan y cómo podemos controlar nuestro peso sin vernos sometidos a la tiranía de los regímenes alimenticios. El vídeo está en inglés y no tiene subtítulos, así que os hago un breve resumen para que sea accesible a todos.
Sandra Aamodt habla en el vídeo sobre sus continuos fracasos con las dietas, recuperando el peso perdido con el paso de los años, y sobre la importancia de alimentarnos de forma consciente: lo que ella llama mindful eating. Nuestro cuerpo "sabe" cuál es su peso ideal, el que nos dará las mejores condiciones para funcionar de forma correcta: Amanda lo llama set point o punto de inicio. Este peso ideal se encuentra en una franja que fluctúa entre 4,5 y 6,8 kilos, pero que es el peso al que nuestro cuerpo tiende de manera natural.
Calorías, cerebro y señales químicas
Dentro de la dinámica de ganar o perder peso no sólo entran en juego las calorías que entran y las calorías que salen, sino que el cerebro y las señales químicas que produce el organismo también tienen un papel esencial. Estas señales enviadas al cerebro hacen que nuestro cuerpo intente llevarnos de vuelta a ese peso ideal que él considera que debería tener. Por eso ante una gran pérdida de peso nuestro cuerpo responde ralentizando su metabolismo: debe llegar al "peso ideal" con las calorías de menos que le aportamos.
¿La evolución juega en nuestra contra?
Sandra habla también de cómo el ser humano ha evolucionado y lo relaciona con los problemas actuales de sobrepeso y obesidad. Nuestros ancestros no tenían la comida tan a la mano como la tenemos nosotros actualmente: debían salir a cazar para conseguir alimento, lo cual suponía utilizar energía extra (y quemar calorías para obtenerla). En la actualidad no necesitamos salir a cazar: abrir la nevera o, en el peor de los casos, bajar al supermercado es lo único que debemos hacer para alimentarnos.
Comedores intuitivos Vs comedores controladores
En el vídeo se habla de dos tipos de personas: aquellos que comen cuando tienen hambre ("comedores intuitivos") y los que deben mantener su hambre a raya a través de la voluntad, como todos los que siguen una dieta. Los "comedores intuitivos" generalmente no sufren sobrepeso, y no son tan vulnerables a la publicidad o a comerse todo lo que les ponen por delante en un buffet libre.
Relaciona así mismo el riesgo de mortalidad con los hábitos saludables de las personas: evidentemente, a mayor número de hábitos saludables, menor riesgo de mortalidad. Pero esto funciona igual con el sobrepeso: las personas obesas o con sobrepeso con menos hábitos saludables en su vida sufren un mayor riesgo de mortalidad. La buena noticia es que podemos reducir este porcentaje simplemente incluyendo hábitos saludables en nuestra vida diaria.
Mindful eating o alimentación consciente
El consejo final de Sandra Aamodt, el hábito saludable que todos deberíamos incluir en nuestra vida, y más aún si queremos bajar de peso, es el mindful eating o alimentación consciente. Debemos aprender a leer las señales que nuestro cuerpo nos envía: comer cuando tenemos hambre, y dejar de comer cuando ya estamos llenos. Porque muchos de los problemas con nuestro peso se reducen a que comemos aún cuando no tenemos hambre.
Comer sin distracciones (y esto incluye el móvil, la tablet, el ordenador o la televisión) para saber cuándo nuestro cuerpo nos dice que no necesita más comida. Comer cuando tenemos hambre, pero saber cuándo tenemos que parar (y no tiene por qué ser cuando nos hemos acabado toda la comida que hay en el plato) puede marcar la diferencia entre una alimentación saludable y ser esclavos de una dieta.
En la web de TED disponéis de los datos sobre Sandra Aamodt, así como de la transcripción de la charla en inglés.
Vídeo | TED en Youtube En Vitónica | En el Día Mundial de la Alimentación recordamos la importancia de la educación nutricional
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16 comentarios
Lara
Como siempre, nos encontramos con una falta de educación nutricional que hace que no sepamos entender a nuestro cuerpo y que comamos mal. En realidad no tendríamos que ponernos a dieta nunca, sino que deberíamos saber cómo adaptar nuestra dieta a nuestra forma de vida. Y lo peor de todo son las dietas milagrosas que a la larga dañan tanto el cuerpo como la mente y consiguen cualquier cosa salvo que la persona en cuestión aprenda a comer bien.
lurky
Pues llego tarde al tema, pero comento por si a alguien le anima a probar. Llevo un par de meses sin báscula porque se me rompió y decidí que era un buen momento para probar lo del mindful eating. Siempre había sido muy controladora con la comida y la báscula, a rachas con problemas de ansiedad con la comida y las cantidades. Desde hace unos cuatro años como muy sano, sin dietas, y hago ejercicio regular (gran parte gracias a Vitónica), pero bueno, me sobraban unos kilillos regalo de los primeros años sedentarios de universidad. Al grano, que sin cambiar nada más, solamente quitándome la báscula, comiendo más lentamente y escuchando las señales de hambre de mi cuerpo para mi sorpresa he bajado 4.5 kilos en dos meses. Sin grandes cambios de la alimentación y sin hambre. Solo ha implicado dejarme muchas veces comida en el plato y decirle que no a las tentaciones de mi abuela. Lo mejor ha sido que se me ha quitado muchísimo la ansiedad al comer y el miedo a engordar. Al principio pensaba que iba a engordar sin medida sin la báscula pero por lo visto mi cuerpo es bastante sabio. Pues eso, aquí dejo mi experiencia por si a alguien en situación parecida le ayuda. Eso si, repito que ya llevaba una alimentación sana, con mucha fruta y verdura, hidratos integrales, sin productos prefabricados y evitando azúcares y grasas malas. Un beso y gracias Vitónica!
pabloct
Yo creo que esta es una verdad a medias. Hay que saber escuchar al cuerpo, que nos dice si debemos comer más o menos, pero el cuerpo tiende a tirar a un punto, que no tiene por qué ser el que nosotros queremos. Yo estoy intentando engordar (posiblemente la gran diferencia respecto a otros), y a pesar de estar yendo al gimnasio, y por tanto, gastar más calorías y estimular al cuerpo, éste no reacciona y no me manda señales para comer más. Por tanto, o me fuerzo a comer de más (bastante más de lo que me pide de manera natural), o no voy a engordar en la vida. Para que os hagáis una idea, en Navidad perdí 1.5 Kg, comiendo cuando tenía hambre... y eso sólo en 2 semanas.
Por tanto, mi opinión es que el cuerpo es sabio a medias. Al final, si queremos alcanzar una meta, hay que forzarlo a cambiar esa naturaleza suya.
manolek
"posteó" qué bonito palabro! :)
bycheja
El problema es cuando das con alguien como yo, adicto a la comida. Primero nos tenemos que "curar", y no hay otra manera, en mi opinión, que dieta y terapia. Luego ya, cuando nuestra relación con la comida es distita, podemos poner en marcha este tipo de alimentación.