Si entrenamos correctamente, aplicando una progresión de cargas adecuada, además de una intensidad y un volumen idóneo y totalmente individualizado a nuestro estado de forma, objetivos y estilo de vida, evitaremos caer en una posible lesión, y eso nos permitirá sin duda alguna progresar más y durante más tiempo.
Aún así, por desgracia, en alguna ocasión podemos sufrir un accidente y lesionarnos, ya sea porque no hemos calentado correctamente, o quizá porque hemos ido demasiado al límite en el entrenamiento, o sencillamente nuestro cuerpo no estaba preparado en ese momento. En estos casos, lo mejor es ir al médico especialista o al fisioterapeuta y tratar la lesión. Aún así, hoy os comentamos una serie de pautas que nos vendrán bien en la recuperación:
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Paciencia: tener paciencia es algo fundamental en esta vida, y hablando de lesiones, no es menos. Tenemos que tener una mentalidad fuerte y aprender a esperar el tiempo que sea necesario para recuperar la zona antes de volver a retomar los entrenamientos con la intensidad que estábamos aplicando.
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No dejar de entrenar por completo: a veces nos encontramos con una zona contracturada que nos impide realizar ejercicios, por ejemplo, con el torso, pero no por ello tenemos que dejar de entrenar y quedarnos en casa, podemos realizar ejercicios que impliquen otras zonas musculares y que no nos produzcan daño en la zona afectada. Esto será mucho más positivo que no hacer nada.
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Comenzar una rehabilitación gradual: en ocasiones podemos estar más de tres o cuatro semanas sin realizar ejercicios que impliquen una zona muscular. Si por ejemplo no hemos realizado press de banca en cuatro semanas, y estamos acostumbrados a entrenar fuerza, debemos comenzar poco a poco, con una intensidad inferior, para que los músculos vuelvan a adaptarse al estímulo y en definitiva "desengrasemos" los músculos que llevan tanto tiempo sin ejercitarse.
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Realizar estiramientos y ejercicios que ayuden a mejorar la zona: en ocasiones, una contractura en la zona del trapecio, después de haber sido tratada, puede que mejore su recuperación, una vez tratada, si realizamos por ejemplo algo de natación de forma suave.
Cada caso particular es un mundo y debéis hacer caso a vuestro médico deportivo o fisioterapeuta. No obstante, si os indica que es mejor que estéis sentados en casa en el sofá, sospechad o pedid una segunda opinión.
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