Julián Iglesias (@julianigle11), nacido en el 62, tiene ahora mismo 56 años y lleva 46 años dedicándole gran parte de su vida al deporte. Tanto el baloncesto como la marcha le han acompañado en estos años y han formado parte de su vida. Tanto es así que a sus espaldas tiene ya 20 años jugando al baloncesto y más de 110 maratones marchando.
Desde 2016 siempre acompañado de su inseparable número 32, Iglesias ha llegado a ser medallista internacional Veterano en los Campeonatos de Europa y del Mundo y recordman español veterano en 30 y 50 km. De su motivación, su implicación solidaria y su larga trayectoria hemos podido hablar con él.
El número 32 en honor a Fernándo Leira Almagro
Siempre que vemos marchar a Julián le veremos acompañados de dos dorsales: el de su número y el de su inseparable número 32 - del que podemos saber más en Twitter visitando el hashtag #dorsal32 -. Julián nos cuenta cómo llegó hasta él un poco de casualidad y lo que ha significado y significa para él ahora mismo:
" Por casualidad, en un foro hablaban algunos que lo llevaban (el número 32) y pregunté. Fernando Leira Almagro era enfermo de ELA. Había sido corredor popular, como nosotros, y luchó siempre por dar visibilidad a la ELA, no para recaudar fondos, sino para pedir más investigación y ayuda a la dependencia" y fue por él se originó el movimiento del número 32.
Iglesias indica que ahora mismo se trata de visibilizar todas las "enfermedades raras": " igual que para la ELA también para las otras enfermedades huérfanas (raras se les llama), creo que es un deber de los países avanzados, y el nuestro se supone que lo es. Con la crisis fue lo primero que se recortó".
Fernando Leira Almagro falleció hace unos años, pero algunos de sus compañeros, como Julián, siguen llevando su número: "seguimos llevando su dorsal para reclamar al gobierno esa implicación para más investigación por la ELA y las otras enfermedades huérfanas, que mucha falta hace. A mí no me cuesta nada llevarlo".
Julián Iglesias lo luce con orgullo a sabiendas de que puede ayudar a que se vea: "entre que abulto bastante, que voy marchando y estoy en muchos maratones, se me va más que a otros. Lo llevo pequeño por delante y grande por detrás, así creo es difícil no verlo, aunque llame mucho la atención, no me importa, ya marchando la llamo igualmente. Ojalá llegue el día que no haga falta llevarlo".
Entre el baloncesto y la marcha ha vivido su vida deportiva
Julián dedicó la mayor parte de su juventud al baloncesto, jugando desde 1973 (cuando tenía 11 años) hasta los 31 en 1993. En el 75-76 compaginó el baloncesto con la marcha: " de pequeño nos apuntamos muchos a una prueba de la liga escolar de Barcelona y llegué primero. Eso a un niño le mola, y en el cole y club te llamaban para más pruebas".
Sin embargo, lo dejó y se dedicó por completo al baloncesto hasta 1993. En 2010 Julián dejó de fumar y, en sus palabras, "cambié un vicio por otro" y fue como volvió a la marcha: "era menos molesto para la espalda (estoy operado de una vértebra rota, y el impacto es menos violento que correr), además siempre he considerado que tenía cuentas pendientes con la marcha, por no haber seguido haciéndola".
Su primera maratón en su vuelta a la marcha fue en Madrid en 2012, aunque desde 2010 ya había participado en participé en muchas pruebas de marcha federadas.
La importancia del entrenamiento y el cuidado de las lesiones
Uno de los motivos por los que Julián dejo el baloncesto en 1993 fue el número de lesiones que presentaba: "el basket lo dejé hace 26 años, porque tenía todo el cuerpo castigado de lesiones". De ahí que el marchador tenga que tener cuidado con su cuerpo: "tengo el cuerpo bastante castigado, procuro no forzar con lo que tenga peor. Cosas que tenía muy fastidiadas me han dado tregua (rodillas, espalda)".
Sin embargo, otras partes de su cuerpo no siempre hacen lo mismo: "isquios y sóleo molestan a veces. Y el punto más débil son los pies, problemas de calzado y con un pie hecho un lío de informe y grande que es, es lo que más problemas me ha dado en los últimos tiempos". Aun así, Iglesias asegura que es afortunado de no haber tenido lesiones graves desde 2014.
Eso sí, él lo tiene claro: "trato de evitar riesgos. Por ejemplo, cuando he hecho maquinaria de pesas en gimnasio, a los pocos días me lesiono, así que, aunque me ayudase, fuera pesas. Si los dedos del pie me chocan, no puedo martirizarlos y a la elíptica. Esta semana el isquio estuvo mal en el último maratón por hacer spinning (creo yo), procuraré hacer kilómetros en el Retiro".
De ahí la importancia del entrenamiento que Julián sigue, atendiendo a sus necesidades: "varía, según el trabajo, el estado físico de lesiones/dolores y si tengo maratones esos días. Lo ideal es ir al Retiro a marchar, pero con lesiones/dolores, en muchas ocasiones me refugio en la elíptica porque es menos lesiva. Según las circunstancias puedo entrenar entre 4 y 16 horas a la semana. Lo principal es que no me falte fondo, no puedo aspirar a grandes marcas, pero no me puedo quedar vacío en una prueba. He de tener fondo para aburrir en cada maratón".
Las maratones son ahora su gran motivación
Después de tantos años realizando deporte y tantas carreras a su espalda, la fuente de su motivación y su inspiración era casi pregunta obligada. Julián Iglesias no duda en su respuesta: "lo que más me apetece ahora es hacer maratones". También pruebas como la subida al Veleta o las 6 horas nocturnas de Ponteareas.
Sin embargo, con las cortas le cuesta más: "no encuentro motivación para hacer pruebas más cortas (del vicio que le he pillado a las que hago). Empecé marchando federado, pero cuando empecé a hacer distancias más largas las preferí, más duras, pero más agradecidas, al menos en mi caso".
Para él la gran motivación - y la mayor dificultad - es no perderse ni un maratón: "el día que me pierda uno de los 4 grandes maratones españoles (Sevilla, Barcelona, Madrid y Valencia) tendré un disgusto enorme, son los más disfrutables para mí". Por el momento eso no ha pasado y ha participado en 22, 19 de ellos seguidos.
"Lo más difícil para mí no es hacer muchos maratones, es intentar en todos hacerlo a mi tope de ese día (independientemente de que esté en condiciones de hacer una marca mejor o peor), eso sí es complicado pues son 42 km de pelea sí o sí, esté saliendo una marca mejor o peor". Asegura Iglesias. Eso y que no se retira nunca: "he cogido el mal vicio de no retirarme nunca (113 maratones y 9 pruebas de mayor distancia), y eso en realidad es una mala costumbre, pero no lo puedo evitar, así que el día que me retire en uno, podré relajarme".
Por lo que nos cuenta, no parece que ese día vaya a llegar próximamente.
Imágenes | @runonline_, @Candidotw
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