Sin duda la edad no es una excusa para no movernos y ya lo veíamos en Fauja Singh, el maratoniano de 100 años, pero hoy, traemos a Johanna, un ejemplo más de que la edad no importa en el deporte, sino que aun con más de 60 años podemos relucir nuestra destreza y beneficiarnos con el movimiento.
Johanna Quaas es una mujer alemana de 86 años de edad que brinda un excelente espectáculo realizando sus rutinas de gimnasia artística. Se desempeña con gran destreza y luce una jovial figura gracias a que nunca abandonó su amada disciplina deportiva.
Claramente en el deporte la edad no importa y podemos lograr como Johanna un excelente desempeño. De igual manera, el deporte brinda grandes beneficios a las personas de mayor edad, pues mejora completamente su salud, ayuda a disminuir la pérdida de masa muscular, da vida y hasta rejuvenece como se muestra en esta gran gimnasta alemana de 86 años de edad.
Todo un ejemplo a seguir que demuestra que nada es imposible y que para el deporte no hay edad que nos condicione.
Vía | La Voz
Video | Lieve Daffy
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9 comentarios
Juancamina
Felicitaciones Gabriela por traer la noticia que es tan importante. Yo la he publicado también en mi face y en el blog y comparto aquí mi comentario con tu permiso porque me parece que viene al caso. "Johanna Quaas ... 86 años. Gimnasta artística. Sesenta años compitiendo. Hace falta decir algo más ? No podríamos pensar que siempre vale la pena iniciar un sueño saludable ? Solo es tarde para quien no tenga ànimo verdadero, voluntad mínima, persistencia razonable e intensidad lógica a su condición y edad. Cuando el día de hoy sea ayer será pasado irrecuperable. Johanna muestra un camino para todos...solo es cuestión de verlo" Un abrazo Gabriela y siempre mi afecto Juanca.
Ruben
Me he quedado sin palabras, ¡¡¡Increible!!!
a.vil.can
ya me gustaria hacer la mitad menos de lo que hace esta mujer alemana a los 86 años. Sin palabras..
Carmen
Da gusto ver mujeres mayores así. No esas que he visto alguna vez participando en concursos, excesivamente musculadas.
Zamorean
Uf! casi se me escapan las lagrimillas de la emoción, maravilloso.