El lado negativo de la ingesta de fibra


La fibra alimentaria constituye un grupo de diferentes compuestos que no pueden ser digeridos por el tracto gastrointestinal y de esta forma, sufren un proceso de fermentación por parte de las bacterias colónicas que favorecen el funcionamiento intestinal al mismo tiempo que reducen la absorción de algunas sustancias tóxicas, colesterol y otros lípidos.

Si bien todos sabemos que éstos beneficios y otros son ventajas para la salud del consumo de fibra, una ingesta descuidada puede mostrar el lado negativo de la fibra en el organismo y por ello, es necesario controlar y moderar la cantidad que comemos.

Así como la fibra no permite que la glucosa pase rápidamente al torrente sanguíneo y reduce la absorción de lípidos, la ingesta de fibra dietaria puede disminuir la absorción de minerales importantes para el organismo como el calcio, el hierro, el zinc y el cobre.

Sobre la absorción vitamínica la ingesta de fibra no tiene efectos notables, pero en dietas vegetarianas, la reducción de la disponibilidad de minerales como el hierro y el calcio, por ejemplo, junto a la escasa ingesta de fuentes alimentarias de los mismos, el riesgo de sufrir carencias es superior.

Además, otro de los efectos negativos de la ingesta de fibra es la menor digestibilidad, que si bien contribuye a perder peso por brindar más saciedad y retardar el vaciamiento gástrico, puede significar más distensión abdominal, más flatulencia y es desaconsejable en individuos con gastritis o que necesiten cuidar su estómago.

Incluso, se ha comprobado que la fibra reduce e inhibe la actividad de enzimas pancreáticas pudiendo alterar la digestión normal de proteínas, grasas e hidratos, por esta razón, los problemas digestivos pueden surgir y la disponibilidad de nutrientes puede resultar afectada.

No obstante, todos estos efectos negativos de la ingesta de fibra pueden reducirse y evitarse con sólo controlar la cantidad consumida y no superar los 30 gramos diarios, incrementar progresivamente la ingesta de fibra en la dieta para evitar la distensión y flatulencia, así como cocinando los alimentos con alto contenido de fibra para facilitar su digestión y reducir el efecto inhibitorio sobre las enzimas digestivas.

Nada es bueno en exceso y en condiciones desmedidas, y la ingesta de fibra no es la excepción, por eso, progresivamente aumenta la cantidad consumida, no ingieras en exceso y recuerda no combinar en una misma comida fuentes de fibra con fuentes alimentarias de hierro u otros minerales, sino más bien, colaborar en su absorción con facilitadores como la vitamina C en el caso de éste.

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