Con el frío propio del invierno, algunas enfermedades florecen siendo especialmente afectados en esta temporada quienes las padecen. Es el caso del síndrome de Raynaud o de las manos frías, de la cual hoy te contamos sus causas, síntomas y tratamiento.
Qué es el síndrome de Raynaud
El síndrome de Raynaud es una enfermedad de los vasos sanguíneos que genera ante situaciones estresantes o la exposición al frío, espasmos vasculares que impiden el correcto flujo sanguíneo, sobre todo en dedos de las manos y pies, así como también puede suceder en orejas, nariz e incluso en el pezón.
La escasa llegada de sangre y por lo tanto de oxígeno a los tejidos ocasiona una temperatura fría y una coloración azul o blanca en dedos de manos u otras áreas afectadas, de allí que también se lo denomina síndrome de las manos frías.
Una vez ocasionado un espasmo vascular pueden pasar desde minutos hasta horas hasta que se restablece el flujo sanguíneo y las zonas afectadas se tornan rojas en un principio y después recuperan su coloración y temperatura normal.
Es una enfermedad rara, más frecuente en mujeres que en hombres y en personas que habitan climas fríos como señalan expertos de la Clinica Mayo.
Cuáles son las causas del síndrome de Raynaud
Hay, según sus causas, dos tipos de síndrome de Raynaud:
- Raynaud primario: no existe una causa aparente, no se encuentra asociado a un trastorno y suele presentarse antes de los 30 años de edad, así como ser de manifestación leve y resolverse solo. Se denomina enfermedad de Raynaud.
- Raynaud secundario: se debe a la presencia de otro trastorno, hábito o condición como puede ser enfermedades vasculares o del tejido conjuntivo, síndrome del túnel carpiano, actividades repetitivas como por ejemplo el uso diario de máquinas vibratorias en el trabajo o tocar el piano, fumar que estrecha los vasos sanguíneos, o algunas medicinas. Se denomina fenómeno de Raynaud.
Todo aquello que ocasione una contracción de los vasos sanguíneos y por ello impida el correcto flujo de sangre puede ser causa de un síndrome de Raynaud secundario, mientras que también puede existir sin causa aparente un síndrome primario o enfermedad de Raynaud, sobre todo, si algún familiar nuestro lo ha padecido.
Es muy frecuente que se presente de forma secundaria, un síndrome de Raynaud asociado a una enfermedad autoinmune como señala un estudio publicado en la revista científica Surgery, como lupus, esclerodermia, entre otras.
Los síntomas del síndrome de Raynaud
Como hemos dicho, el principal desencadenante del síndrome de Raynaud o de las manos frías es la exposición a bajas temperaturas, por ejemplo, abrir el congelador, mojarse las manos con agua fría o tocar un vaso con alimentos helados o congelados puede ser el desencadenante de los síntomas, así como también algunas situaciones estresantes.
Entre los principales síntomas se encuentra la coloración azul o blanca de los dedos de las manos e incluso de las palmas de las manos. También puede ocurrir en dedos de los pies, orejas y nariz.
Las zonas afectadas también pueden experimentar un hormigueo, entumecimiento y dolor, siendo este último menos frecuente.
Dado que los síntomas se ocasionan por la limitada llegada de sangre y oxígeno, en casos graves puede haber daño de los tejidos, con ulceración y muerte de los mismos si la zona afectada no recibe nada de sangre por un tiempo considerable.
Posterior al episodio que genera esta alta sensibilidad al frío suele haber enrojecimiento y sensación de quemazón en las zonas afectadas debido a que se restituye el flujo sanguíneo.
Así se trata el síndrome de Raynaud
Una vez que hemos presentado un ataque propio del síndrome de Raynaud (coloración azul o blanca en manos y entumecimiento de las mismas), lo fundamental es mantener bajo control la enfermedad evitando que se desarrolle otro ataque, ya que con cada uno de ellos los capilares de la mano y dedos se estrechan cada vez más y así, cada episodio agudo es más grave.
Entonces, se recomienda evitar la exposición al frío en las extremidades particularmente, usando guantes y calcetines incluso al estar dentro de casa o cuando vamos a abrir el congelador.
Lavarse las manos con agua tibia si estamos ante indicios de un nuevo ataque puede prevenir el mismo y dormir siempre con guantes así como tapados o con calcetines puede ser clave para evitar una ataque durante la noche si hay cambios de temperatura.
Usar vasos con aislación térmica, regular en una temperatura superior el aire acondicionado en verano y abrigarse muy bien en invierno resulta también fundamental para mantener bajo control el síndrome de Raynaud, así como también la eliminación de medicinas y situaciones estresantes que pueden desencadenar un ataque.
La cirugía que evita la estimulación nerviosa ante el frío no parece ser efectiva ante el síndrome de Raynaud, como señalan científicos estadounidenses, sino que lo mejor es evitar el frío que puede desencadenar de un momento a otro un ataque propio de esta enfermedad que se agrava en invierno.
Bibliografía consultada | Surgery [01 Dec 1976, 80(6):756-764]; y The American Journal of Surgery, Volume 142, Issue 2, August 1981, Pages 183-189.
Imagen | Pixabay y Wikimedia Commons
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