Los beneficios del entrenamiento se extienden a lo largo de toda la vida de una persona, así que en ese sentido nunca es ni pronto ni tarde para empezar.
No obstante sí que es cierto que cuantos más años cumplimos, más importante es mantener o introducir este hábito, tanto por salud general como por autonomía y calidad de vida en el último tramo de nuestra vida.
Dicho esto, en este artículo te damos algunos consejos que debes tener en cuenta si empiezas a entrenar después de los 50, cosa que te recomendamos encarecidamente.
Elige un tipo de entrenamiento que te guste
Estamos hablando de adquirir un hábito por lo que procura elegir uno que te guste porque de lo contrario no podrás mantenerlo. Ser lo suficientemente responsable como para seguir entrenando o para empezar a entrenar después de los 50 es un punto a favor, pero ya que estamos, elige una forma de entrenar que te guste, que te llene, que te haga disfrutar y que te motive a progresar.
El enfoque que debes tener es el de entrenar para mejorar en todos los sentidos, no el de entrenar "para mantener". Si eres principiante en el fondo no hay nada bueno que mantener, en todo caso sí mucho que mejorar.
Dicho esto, ten en cuenta que a la hora de entrenar la fuerza, que es lo que recomendamos, hay muchas opciones y métodos: entrenamiento con pesas, con el peso corporal, en casa, en el gimnasio, con TRX... Siéntete libre de elegir lo que más te guste.
Dale la misma importancia a la intensidad y al descanso
Comentábamos unas líneas más arriba sobre la perspectiva de entrenar para mejorar y no "para mantener". Para mejorar hay que entrenar con intensidad, es decir, nos tenemos que esforzar y sí, tenemos 50 años y debemos ser más conservadores que si tuviéramos 20, pero tiene que haber esfuerzo.
Esto que decimos no debe estar reñido con darle la importancia que merece al descanso. Con 50 o más años la capacidad de recuperación del músculo o tejidos conectivos ha descendido, ya no es la misma que hace un par de décadas por lo que debemos tratar de elegir un plan de entrenamiento que tenga un equilibrio entre entrenamiento y descanso. Tres o cuatro días por semana es más que suficiente y preferiblemente tratando de distribuirlos de forma equitativa a lo largo de la semana dejando algún día de descanso en medio.
Para este fin, rutinas estilo fullbody o torso-pierna se adaptan genial.
Decimos todo esto porque puede ser habitual que una persona que recién comienza a entrenar desee, por pura pasión, entrenar cuanto más mejor. Eso está genial dado que todo apunta a que es o va a ser un hábito sostenible, pero esa pasión tiene que reconducirse correctamente.
Trata de ser un deportista completo
De momento hemos hablado de entrenamiento de fuerza, pero esto no excluye ni debe excluir a otros entrenamientos como el aeróbico o cardiovascular. Nos referimos a actividades como correr, andar en bicicleta, nadar o incluso practicar senderismo.
El entrenamiento de fuerza tiene multitud de beneficios, pero muchos de ellos son exclusivos del entrenamiento de fuerza, al igual que sucede con el entrenamiento cardiovascular, muchos son exclusivos de este.
De esta manera procura combinar este tipo de actividades para gozar de todo el abanico de beneficios que nos ofrece el entrenamiento de fuerza para nuestros músculos y articulaciones y el cardiovascular para nuestro corazón.
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