En torno al entrenamiento en el gimnasio no paran de surgir mitos y falsas verdades que a la larga empeoran la forma de entrenar, y más en las personas que apenas controlan las diferentes áreas del fitness y se dejan aconsejar por los menos indicados.
El caso más destacado de estos malos consejos son la infinidad de mitos que circulan, y entre los que destaca uno que probablemente llevemos escuchando desde que hemos asistido al gimnasio, y es el que dice que si no sufrimos o nos duelen los músculos cuando realizamos un ejercicio no estaremos trabajando adecuadamente y no conseguiremos un crecimiento muscular notable.
Muchos de nosotros hemos creído esto a pies juntillas y para ello hemos entrenado hasta la extenuación, sin lograr con ello un mayor crecimiento muscular, sino todo lo contrario, muchas veces lo que hemos conseguido ha sido fatigar en extremo al músculo y lesionarnos sin poder progresar en la rutina. Y es que no siempre es cierto todo lo que escuchamos en la sala de musculación.
Sí que es cierto que durante los entrenamientos tenemos que ser exigentes con nosotros mismos si lo que queremos es progresar muscularmente hablando. Es primordial que aumentemos el peso, siempre y cuando controlemos en cada momento la ejecución correcta del ejercicio evitando correr cualquier riesgo que pueda desembocar en lesión. A lo largo de todo el entrenamiento tenemos que ser nosotros los que marquemos el ritmo, pues somos los que mejor conocemos a nuestro cuerpo.
En ningún momento del ejercicio las repeticiones tienen que llegar a doler. El dolor es un recurso que utiliza nuestro cuerpo para indicar que algo no marcha bien. En el caso del entrenamiento el dolor puede ser la primera expresión de una lesión. Si cuando realizamos un ejercicio notamos molestias debemos parar, pues quizá estemos adoptando una postura inadecuada o utilizamos un peso que no es el que se corresponde con nuestra fortaleza.
El dolor nunca va a ser un síntoma de un ejercicio bien realizado, más bien todo lo contrario. Aunque no siempre el dolor se manifiesta mientras realizamos el entrenamiento, y es que muchas veces aparece en la fase de recuperación. Esto suele deberse a que el músculo está cansado y necesita reponerse del ejercicio. Es importante que respetemos los ritmos musculares y lo dejemos recuperarse. Una recuperación completa después del ejercicio es la mejor forma de crecer muscularmente hablando.
Para evitar el dolor cuando realizamos entrenamientos y trabajar correctamente cada parte de nuestro cuerpo, es importante que ejecutemos adecuadamente cada ejercicio a la hora de entrenar. Es primordial que sigamos esto al pie de la letra. El peso es secundario si no dominamos la ejecución de un ejercicio, ya que simplemente será el causante de una lesión. Además es primordial una buena recuperación basada en una alimentación sana que reponga los nutrientes que el cuerpo necesita, así como el descanso a través del sueño. Dormir 8 horas diarias nos ayudará a recuperarnos antes y crecer mejor.
Imagen | Flickr/ autor Guesus
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