Después de haber revisado las conclusiones de nuevos estudios e investigaciones que se han realizado sobre este tipo de bebidas, hay razones para recomendar no abusar de los refrescos.
No quiero parecer minucioso con este artículo, es más, soy de las personas que no eliminan alimentos si no es necesario y que se mira con buenos ojos las grasas saludables y alimentos prohibidos por muchos. A continuación, en Vitónica, voy a explicar las razones para no abusar de ellos.
Disminuye el metabolismo
Una investigación realizada por la Universidad de Bangor y publicada en el European Journal of Nutrition, demostró que los refrescos alteran el metabolismo, haciendo más difícil poder quemar grasa y perder peso.
Según los investigadores, nuestro metabolismo se vuelve menos eficiente y es menos capaz de hacer frente a subidas tan fuertes de azúcar en la sangre.
Muchos creen que además del azúcar, una parte de la culpa de la disminución del metabolismo la tiene el ácido fosfórico, ya que éste, disminuye parte del oxígeno del cuerpo y ralentiza todos los procesos.
Aumenta la deshidratación
Nuestro cuerpo necesita estar en unos niveles de acidez adecuados para funcionar correctamente. Si consumimos bebidas carbonatadas que contienen muchos ácidos, haremos que nuestro cuerpo se desestabilice y que deba utilizar parte de su agua para eliminar esa acidez que posteriormente se elimina mediante la orina.
Además, muchas de estas bebidas contienen cafeína o algún estimulante que hace multiplicar el efecto de la deshidratación.
Aumenta los depósitos de grasa
Un estudio realizado en Dinamarca en febrero de 2012 demostró la relación entre la grasa y el sodio que contienen los refrescos. En el estudio, el grupo que consumió leche en comparación con el grupo que bebía refrescos, tenían niveles más bajos de grasa en el hígado y en los músculos.
Aumenta el riesgo de sufrir diabetes
Un equipo de investigadores del Imperial College Londres ha publicado un estudio según el cual un consumo diario de 340 ml de bebidas edulcoradas estaría asociado a un mayor riesgo de desarrollar diabetes.
Cada lata de refresco (330ml) contiene entre siete y diez cucharaditas de azúcar. Imaginar lo que debe ser para el cuerpo recibir esa cantidad de azúcar tan directamente.
Deteriora la dentadura
Un estudio en el British Dental Journal encontró que con sólo una lata (330ml) al día aumenta el riesgo de producirse erosión dental. Mientras que con cuatro latas (1,3l) aumenta el riesgo de erosión en un 252 por ciento.
Los investigadores tomaron trozos de dientes recién extraídos y los sumergieron en 20 refrescos durante 48 horas. Por ejemplo, los que se sumergieron en cola o limonada perdieron más de un cinco por ciento de su peso. Por supuesto, el principal culpable es el ácido cítrico, incluído en la mayoría de refrescos.
Muchas de las personas que quieren perder peso, se sorprenderían si solamente dejaran de abusar de este tipo de refrescos y los cambiasen por agua.
No hay problema ocasionalmente de disfrutar de algún refresco, al igual que con una buena copa de vino o una cerveza bien fría. La cuestión está en saber moderar el consumo.
En algunos países como Dinamarca, Reino Unido, Hungría o Francia ya han aplicado impuestos en refrescos para disminuir su consumo. Aquí entra el dilema de: ¿castigar con impuestos o educar en su consumo?
fuentes: www.bangor.ac.uk , www.nature.com , www.sciencedaily.com , www.nutrinet.es
En Vitónica | Los refrescos y su exceso de azúcar En Vitónica | Cinco razones para beber zumo de naranja natural Imagen | wikimedia commons
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