Como hemos dicho en numerosas ocasiones, correr por la playa tiene muchos beneficios para nuestro organismo. Pero también hay que tomar una serie de precauciones, sobre todo con las rozaduras o escoceduras: la arena, la sal del agua del mar y las altas temperaturas son un caldo de cultivo perfecto para ellas.
Antes de comenzar con nuestro entrenamiento de carrera es conveniente, sobre todo si venimos de la playa, que nos demos una buena ducha para quitarnos arena y sal: con el roce continuo de la carrera en muslos, axilas y zona de bañador a los diez minutos los pequeños cristales de arena y sal van rozando y rozando hasta hacer pequeñas heridas.
Lo ideal para evitar las rozaduras en la zona interna de los muslos y en las ingles es usar unas mallas que eviten el roce en esta zona. Sin embargo, en verano puede hacer demasiado calor como para optar por esta ropa. En este caso, lo mejor es optar por ropa técnica de running, tanto en el caso del pantalón corto como de la camiseta, para evitar rozaduras y heridas en la medida de lo posible.
Aplicar crema en la zona en la que sufrimos rozaduras es otra de las soluciones de las que podemos echar mano a la hora de correr con calor; sin embargo, suele hacerse muy incómodo cuando rompemos a sudar. Podemos usar también otro tipo de lubricantes como la vaselina, fáciles de aplicar y que nos ahorrarán sufrir por las rozaduras en las zonas clave.
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