La eyaculación femenina está rodeada por completo de mitología y rumores. La mayor parte de la información que poseemos al respecto viene dada por la información sesgada que ofrece la pornografía. Es por ello que incluso muchas mujeres no tenemos información al respecto, creemos que es algo que solo le pasa a unas pocas afortunadas y no tenemos muy claro en qué consiste en realidad.
De hecho, algunos expertos aseguran que la eyaculación femenina nos ocurre a todas las mujeres en mayor o menor medida incluso aunque hasta ahora no hayamos sido conscientes de ello. ¿Cómo puede ocurrir algo en nuestro cuerpo sin que lo sepamos? Porque la mitología existente tras la eyaculación femenina nos ha dado una información incorrecta e incompleta y es hora de que la desmontemos.
Qué es la eyaculación femenina
Actualmente se consideran sinónimos a la eyaculación femenina y lo que se conoce como squirting. Sin embargo, algunos expertos hacen distinciones entre ambas ya que los mecanismos parecen ser algo diferentes. En lo que a la eyaculación femenina se refiere, se trata de la expulsión de un líquido blanquecino similar al semen masculino. Este líquido se formaría en las glándulas uretrales o glándulas de Skene.
En el caso del squirting, aquellos que lo diferencian indican que se trata de un líquido más blanquecino que algunas mujeres expulsan en el momento del orgasmo. Este líquido está compuesto en parte por restos de orina y suele expulsarse en mayor cantidad y con mayor presión que lo que se considera eyaculación femenina.
En cualquier caso, en la mayoría de los casos se asegura que se trata del mismo fenómeno, y que las diferencias en el color, consistencia y cantidad depende de cada mujer y de otras variables como la excitación. Algunas de las sustancias que se han encontrado en la eyaculación femenina, además de los restos de orina, son la fructosa, el antígeno prostático específico y las fosfatasa ácida.
Las particularidades de la eyaculación femenina
Aparentemente, las mujeres también disponemos de tejidos prostáticos que son los que podrían estar encargados de producir una descarga genital inducida por el orgasmo. Estos tejidos prostáticos femeninos serían las glándulas de Skene antes mencionadas, cuya función sería la lubricación uretral y, aparentemente, también la eyaculación femenina.
Cada mujer tiene un tipo de eyaculación diferente igual que su sexualidad también lo es. Por ello, el color y espesor del líquido puede variar igual que la cantidad. Una de las particularidades que tiene la eyaculación femenina es que, al contrario a la masculina, no siempre acompaña al orgasmo.
Es más, puede ocurrir en las primeras fases de la excitación. Algunas investigaciones sugieren que el volumen de la eyaculación puede depender de varias cosas: desde el momento del ciclo menstrual en el que se encuentre la mujer hasta por el número de orgasmos que experimente.
Eyaculan o no todas las mujeres
Hay mujeres que no tienen constancia de eyacular y, por tanto, consideran que no lo hacen. Sin embargo, algunas investigaciones han encontrado que la eyaculación se da en la mayoría de nosotras aunque no lo notemos - probablemente por darse en poca cantidad -.
Una investigación realizada por el Doctor Cabello, médico y sexólogo, analizó la orina de varias mujeres que aseguraban no eyacular en ningún momento. Para ello, tomó una muestra de orina pre-orgasmo y una muestra de orina post-orgasmo. En el 75% de las muestras analizadas encontraron antígeno prostático, lo que significaba que había evidencias de eyaculación.
En algunos casos es posible que la expulsión de líquido sea tan pequeña que no se note o bien que la eyaculación aunque ocurra se dirija retrógradamente a la vejiga y por eso no lo notemos. En definitiva, se trata de un fenómeno completamente normal, que nos ocurre a todas las mujeres y que puede variar. No solo entre diferentes mujeres, sino en los diferentes momentos de cada mujer.
Esto quiere decir que si nunca lo has notado y, de repente, un día sí lo notas, no hay nada malo en ello. Posiblemente tus circunstancias en ese momento son diferentes y han facilitado una presencia más clara. Otra cosa que queda clara es que todavía no existe demasiada investigación referente a los fenómenos sexuales que involucran a las mujeres y, por tanto, algunas cosas están todavía por explicar.
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