La ciencia suelta la "bomba": nadar no es tan bueno para nuestros huesos como creemos

La natación y la salud ósea puede ser más enemigos que aliados

Cuando nos miramos en el espejo haciendo una pose de doble bíceps nos fijamos en la cantidad de masa muscular, pero nunca en los huesos que le dan soporte a esos músculos que llenan las camisetas. La salud ósea es fundamental para una vida saludable, aunque nos solemos dar cuenta tarde. Uno de los ejercicios físicos que se recomiendan en personas mayores es la natación, pero ¿y si te decimos se está estudiando si la salud ósea puede verse afectada negativamente por la natación? ¿Estamos empeorando creyendo que mejoramos?

La relación poco amistosa de la natación y los huesos

El hueso es un tejido dinámico sensible a diferentes estímulos mecánicos como la contracción muscular o las fuerzas de reacción del suelo en los impactos. Llevar a cabo las acciones adecuadas promueve la formación ósea y disminuye el riesgo de trastornos del hueso, como la osteoporosis.

Hay etapas clave para la salud ósea como la infancia y la adolescencia, especialmente en mujeres. Eso no quiere decir que no haya nada que hacer si ya hemos pasado hace mucho esas etapas, sino que en ese momento es donde mayor acumulación ósea generamos para aprovecharla después cuando la necesitemos.

Las mujeres atraviesan un proceso que los hombre no, la menopausia, siendo una etapa muy dañina para la salud ósea por la gran cascada hormonal que se genera. Desde la menopausia en adelante la mujer va perdiendo densidad mineral ósea a un ritmo importante.

El hombre también, pero se ahorra ese 'bache' de la menopausia, lo que le protege en parte de los niveles altos de osteoporosis que muestran las mujeres de edad avanzada. Tengas los años que tengas, hay actividades muy beneficiosas para la salud del hueso, pero hay otras que le ayudan muy poco.

"Vaya usted a nadar"

En un seminario escuché una historia que siempre utilizo para hablar de esta temática. Decía el conferenciante que el médico había enviado a su abuela, bastante mayor, a nadar para mejorar sus problemas de osteoporosis y ser activa.

El problema de aquello es que la abuelita, muy obediente, fue a nadar con el inconveniente que no sabía y por poquitas se ahoga. Esta anécdota que no sé si era verídica, pero podría serlo, muestra lo engañados que nos tiene la natación a la población general, e incluso a profesionales de la salud.

Aquí va la bomba: nadar no solamente no tiene efectos óseos beneficiosos sino que puede tener efectos nocivos. Esto no lo decimos nosotros, lo dice la abundante literatura científica especializada en la temática que ha sido recogida en una revisión sistemática.

¿Sabes qué le ocurre a los astronautas en situaciones de ingravidez? La natación simula un entorno de hipogravedad que se aleja mucho de lo que necesitamos para mejorar la salud ósea. De hecho, nadadores profesionales que dedican horas y horas a entrenar en el agua muestran esos efectos nocivos de la natación a largo plazo en el hueso.

¿Empeorar intentando mejorar?

La revisión sistemática con metanálisis publicada en la prestigiosa Sports Medicine concluye que no se puede afirmar con claridad que la natación tenga influencia negativa en la masa ósea. Sin embargo, sí está muy claro que la natación natación no mejora la salud del hueso, así que no es una vía adecuada para ello.

Una persona sedentaria que únicamente se mueve cuando va a nadar no verá empeorada su salud ósea, pero sí estará perdiendo una oportunidad de hora para emplear esa hora en actividades más oportunas: entrenamiento de fuerza y de impactos.

Si tu deporte es la natación, compensa con trabajo de fuerza y de impacto para que tus huesos aumenten su densidad y fortaleza. Si mandan a tu abuela a nadar porque le duelen los huesos, busca un entrenador especializado en adultos mayores para que entrene fuerza y el trabajo adecuado como impactos adaptados.

La conclusión final, y única idea de este artículo es que la natación no es útil para la salud de los huesos. Podemos ir a nadar para mejorar nuestra forma física y es una excelente forma de hacerlo sin impacto. Lo que debemos tener claro es que hay que buscar otras alternativas si no queremos elevar el riesgo de osteoporosis en el futuro.

Referencias

Langdahl B, Ferrari S, Dempster DW. Bone modeling and remodeling: Potential as therapeutic targets for the treatment of osteoporosis. Ther Adv Musculoskelet Dis. 2016;8(6):225–35. https://doi.org/10.1177/1759720x16670154

Freitas, L., Bezerra, A., Boppre, G. et al. Does Swimming Exercise Impair Bone Health? A Systematic Review and Meta-Analysis Comparing the Evidence in Humans and Rodent Models. Sports Med (2024). https://doi.org/10.1007/s40279-024-02052-x

Freitas L, Bezerra A, Amorim T, Fernandes RJ, Duarte J, Fonseca H. Is competitive swimming training a risk factor for osteoporosis? A systematic review of the literature and quality of evidence. Ger J Exerc Sport Res. 2022:1–11. https://doi.org/10.1007/s12662-022-00849-4

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