A muchos de nosotros nos gusta disfrutar de un buen día de playa o piscina cuando llega el buen tiempo. La sensación de relajación bajo el sol, o en el agua, es innegable. Sin embargo, al llegar a casa, nos podemos llegar a sentir realmente cansados, como si hubiéramos estado haciendo ejercicio intenso o una actividad con mucho desgaste físico. "¡Cómo cansa la playa!" es una frase muy repetida en el camino de vuelta a casa.
Aunque no lo parezca, algunas de las causas de este cansancio pueden llegar a ser peligrosas y debemos reconocer los síntomas, prestarles atención y ponerles remedio en la medida de lo posible.
Deshidratación
Este es el motivo básico por el que sentimos dicho cansancio. Al menos eso es lo que asegura la Fundación Nacional del Sueño. Pasar muchas horas bajo el sol provoca sudoración, por medio de la cual perdemos líquidos, sales y minerales.
Nuestro cuerpo, al notar que está perdiendo líquidos, reduce la cantidad de energía destinada a los músculos. Esto provoca menos tensión muscular y mayor inactividad, lo que desata en nuestro organismo un mecanismo de ahorro que puede provocar una baja de la tensión arterial.
Exponerse a altas temperaturas durante largos periodos de tiempo pueden provocar fallo renal, además de deshidratación. Es por esto que debemos mantener siempre una buena hidratación en la playa o en la piscina, incluso aunque no notemos sed. Debemos consumir una cantidad adecuada de agua y frutas que nos aporten hidratación.
Mantener la temperatura corporal
Otro de los motivos que la Fundación Nacional del Sueño señala como explicación del cansancio post-playa es que nuestro cuerpo dedica mucho esfuerzo a intentar mantener la temperatura corporal. Cuando estamos bajo el sol, nuestro organismo tiene que trabajar más de los normal para mantener una temperatura corporal adecuada.
Esto podría provocar que aumentara el ritmo cardiaco y metabólico. Este sobreesfuerzo de nuestro organismo puede provocarnos cansancio y sueño.
Cambios qúimicos
Los rayos ultravioletas del sol no solo pueden provocar quemaduras, sensibilidad en la piel y -en casos graves - cáncer de piel, sino que pueden provocar cambios químicos en nuestro organismo y nuestra epidermis. Por ejemplo, puede llegar a causar inmunosupresión.
Estos cambios químicos afectarían a nuestro organismo, provocando la sensación de cansancio y fatiga.
Beneficios de la exposición al sol
Sin embargo, no todo son desventajas en lo que tomar el sol se refiere. Si nos exponemos al sol de manera responsable y consciente, podemos obtener una serie de beneficios importantes.
Para empezar, la exposición al sol ayuda a sintetizar la vitamina D. En numerosos países, incluido España, la población presenta una deficiencia de vitamina D y una exposición segura al sol podría ser beneficiosa para nuestro organismo.
Además, algunas investigaciones encuentran que vivir cerca de la playa podría tener algunos beneficios para la salud. Según estas investigaciones, esto podría deberse a que pasar tiempo en la playa podría reducir el estrés y fomentar la actividad física.
Teniendo esto en cuenta, no se trata de evitar por completo la playa, sino de acudir de manera segura. Lo primero para evitar la deshidratación, el sobreesfuerzo de nuestro organismo, y la sensación de cansancio asociada, es intentar no pasar largos periodos de tiempo bajo el sol. Debemos, además, consumir una cantidad adecuada de agua y otros alimentos que nos aporten hidratación. Es recomendable consumir algún alimento con sal, para compensar las sales pérdidas, utilizar gorros y gafas de sol y, por supuesto, una buena crema de protección solar.
Imágenes | Unsplash
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