Noticias de Step en Vitónica
Gin Miller hace ya dos décadas diseñó una especie de cajón para hacer ejercicios de rehabilitación por su práctica de aeróbic de alto impacto. Con él buscaba realizar movimientos más lentos y controlados respecto al deporte de moda en el momento y con el añadido de la subida y la bajada de la plataforma para reforzar sus piernas. No se imaginaba ni por asomo la repercusión del invento…
Aúnque la práctica de las sesiones de step ya no es la reina en las salas de actividades dirigidas (claramente superada por sesiones como las de ciclo indoor o las gimnasias wellness), sigue defendiéndose en los horarios de nuestros centros deportivos manteniéndose como actividad coreográfica y salvándose, al menos de momento, de la caída del aeróbic como tal.
Además, es de gran utilidad en otro tipo de sesiones colectivas más enfocadas al acondicionamiento físico, por lo que se usa como ayuda en sesiones cardiovasculares de menor dificultad coreográfico o como elemento de apoyo para poder realizar ejercicios de resistencia muscular que sin él serían imposibles. Aúnque no siempre fue así...
De hecho, las primeras clases de step se ceñían a la creación de patrones o combinaciones con una serie de pasos que iban cada uno con su propia nomenclatura (seguro que a muchos os sonará el “caballito” o el “over the top” si lleváis tiempo haciendo clase) creados con una mayor seguridad que los posteriores (claramente adaptados del aeróbic o los estilos).
La tendencia actual en nuestro país va enfocada a los sistemas de enseñanza posteriores, al conocido como “método de las progresiones” con el objetivo de crear una coreografía para repetir los últimos minutos de la sesiones acompañado, eso sí, de un trabajo cardiovascular mínimamente válido (aúnque tal vez el objetivo principal sea el de deporte+diversión y se ha dejado algo de lado el de estrictamente entrenamiento).
Larga vida al step!