Si has dejado durante un par de años de hacer clases colectivas (aeróbic, step, tonificación) y has vuelto recientemente seguro que te habrá llamado la atención la cantidad de formatos con coreografías repetidas durante varios meses con misma música y movimientos.
A los fanáticos de siempre de las actividades coreografiadas no acaban de convencerles estos formatos, así como tampoco son muy partidarios los instructores con mayor formación, al no ser el mejor trabajo que se pueda realizar en una sesión, pero por una serie de circunstancias se pueden convertir en una opción interesante para introducir nuevos alumnos y rodar a los instructores más novatos:
<li>Las sesiones precoreografiadas están preparadas por profesionales contrastados, por lo que van a cumplir una serie de garantías en la mayoría de casos, tanto en entrenamiento como en seguridad.</li>
<li>Los alumnos novatos pueden aprender los movimientos con una técnica correcta dado que se repiten durante innumerables sesiones.</li>
<li>La abrumante falta de instructores con unos conocimientos mínimos de actividad física ha hecho que los propios empresarios tiren de estos formatos para asegurar el funcionamiento de sus centros. Además, el hecho de tener una clase correcta, hace que los instructores novatos realicen sus sesiones con mayor confianza.</li>
<li>Las empresas que explotan estos formatos dominan también otros factores como el marketing y la comercialización de su producto.</li>
Por lo tanto, aunque yo particularmente no sea muy fanático de este tipo de sesiones, donde por ejemplo, el principio de variación de la carga es mínimo, cabe reconocer que es una de las mejores soluciones a fecha de hoy tanto para instructores como para clientes.