Ya habrán oído muchas veces que hacer "algo" es mejor que hacer "nada". Es decir, cualquier actividad o movimiento que realicemos pone en acción nuestros músculos y huesos e implica un gasto de energía para nuestro organismo. Por lo tanto, es mejor levantarse a buscar una hoja, a pesar de que sólo esté a dos pasos de mí, que quedarme sentado.
En nuestro ámbito laboral, seguramente es más eficiente que le pidamos a la secretaria que nos alcance el café, o que lleguemos rápido a la oficina en auto en lugar de ir caminando. Por esta razón, hoy les proponemos aprender a ser ineficientes y ganar en salud.
Ya saben, usemos las escaleras, bajemos unos metros antes del bus que nos lleva a trabajar, levantémonos a buscar las hojas que están en la otra mesa, cualquier cosa, pero a moverse. La inactividad física o sedentarismo nos lleva por el camino hacia la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares.
Ahora bien, si ya tenemos unos kilos de más y lo que deseamos es quemar grasa, a pesar de que cualquier movimiento resulta beneficioso, lo aconsejable son ejercicios aeróbicos, que son aquellos que se realizan en permanente oxigenación, mejorando la respiración y función cardíaca y quemando mayor cantidad de grasas. Por ejemplo, trotar, correr, caminar, ciclismo, patinaje no competitivo.
¿Cómo iniciar los ejercicios aeróbicos a los 40 años?
Si nunca has hecho actividad física o hace ya varios años que no te ejercitas, lo conveniente es consultar a un profesional de la salud, sobre todo si te identificas con algunos de los puntos de la siguiente encuesta:
Soy una persona de 40 años o más
Tengo una enfermedad cardíaca
Tengo presión arterial elevada
Tengo diabetes
Tengo o he tenido colesterol alto en sangre
Fumo
Estoy embarazada
Tengo una enfermedad que puede agravarse con el ejercicio
Alguien de mi familia murió de una enfermedad cardíaca antes de los 50 años
Tomo medicación por una enfermedad crónica
Tengo efisema, asma u otra enfermedad pulmonar
Tengo artritis u otra enfermedad que limita mi flexibilidad
Como ya hemos dicho en post anteriores, no hay impedimento para realizar actividad física, solo basta considerar las particularidades de cada individuo para que un deportólogo o profesional de actividad física diseñe un plan de entrenamiento o ejercitación adecuado y personalizado.
¿Cómo determinar su capacidad de ejercicio aeróbico?
Una forma fácil de determinar si estamos realizando el ejercicio aeróbico adecuado es conocer las pulsaciones que deberíamos tener. Para ello debes restar a 220 tu edad, y así obtendrás el número máximo de latidos al que debe llegar tu corazón durante la práctica física.
Después, multiplica ese número por 0,5 y por 0,8, para obtener el rango de tu trabajo cardíaco en el ejercicio. Por ejemplo: 30 50 años de edad. 220-50= 170; 170 x 0.5= 85; 170 x 0.8= 136. Es decir, tus pulsaciones deben estar entre 85 y 136 por minuto, pudiendo alcanzar un máximo de 170.
Recuerda que nunca es tarde para iniciar una ejercitación y que tu cuerpo agradecerá los beneficios provistos por la actividad física que podrás ir aumentando paulatinamente.
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