El kefir, un yogurt fuera de lo normal

Todos sabemos lo sano que es para nuestro sistema digestivo, concretamente para el intestino, la ingesta de yogures. Estamos habituados a comer este alimento casi a diario, y es que es un regulador intestinal muy efectivo.

A pesar de todo, no todos lo yogures tienen las mismas cualidades. No debemos olvidar que se obtienen de leche fermentada en cuyo proceso intervienen diversas bacterias que son las que actuarán en las digestiones mediante la regeneración de la flora intestinal facilitando el buen funcionamiento del sistema digestivo. Aunque existen otro tipo de alimentos similares a los yogures, como es el caso del kefir.

El kefir es un alimento de origen caucásico que se elabora a partir de un hongo que fermenta diferentes tipos de alimentos y los convierte en otros con unas propiedades aún mayores que si realizamos una fermentación convencional. El kefir se puede hacer con agua, té o leche. Este último es el más habitual y es del que se obtiene la especie de yogurt cremoso que se conoce popularmente con este nombre.

El kefir se obtiene a través del hongo que lleva el mismo nombre y sobre el que se aplica la leche que sufre una doble fermentación, la propia de la leche, y la originada por el hongo, que es lo que dota al kefir de su singularidad frente a otros yogures. El resultado de la fermentación es un líquido espero, aunque más líquido que el yogurt convencional, que será muy eficaz en las digestiones y la regulación intestinal.

Aunque el kefir nos va a aportar otro tipo de beneficios. Su doble fermentación es lo que lo dota de su alto valor orgánico, y es que es un alimento aliado del organismo pues mejora considerablemente el funcionamiento del sistema digestivo optimizando la asimilación de los alimentos, con lo que aprovecharemos al máximo lo que ingerimos obteniendo el mayor rendimiento de los nutrientes y acelerando el proceso digestivo.

Como buen yogurt, el kefir regula el tránsito intestinal, aunque su efectividad es mayor, pues es un potente depurativo del organismo que nos ayudará en la eliminación de los residuos que el cuerpo genera. Además tiene un papel importante en el fortalecimiento de las defensas del organismo evitando los achaques causados por los ataques de bacterias o virus que pueden debilitar nuestra salud.

Además, el kefir es un alimento que tiene una serie de funciones medicinales, pues su consumo está indicado para reducir los niveles de colesterol del organismo, además de estar considerado como una prevención frente a algunos tipos de cáncer como el de colon...

No debemos olvidar que el kefir es un alimento totalmente natural obtenido con leche que no ha sido tratada. Además, posee un poder antibacteriano mayor que el resto de productos lácteos que encontramos en el mercado debido a que para su elaboración se utilizan lechas que no han sido tratadas y a las que no se les ha añadido ningún componente extraño.

El kefir lo podemos encontrar en herboristerías o cualquier tienda especializada en nutrición. Pero también lo podemos fabricar nosotros mismos si poseemos el hongo del que se obtiene, que lo podemos encontrar en los mismos lugares.

Imagen | Flickr/ autor mfcorwin

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