Me ha alegrado enormemente ver que las últimas dos entradas, en las que he os he contado los beneficios de kéfir, han sido tan bien acogidas. Incluso muchos de vosotros me habéis enviado preguntas concretas sobre cómo hacerlo.
Como os comenté, yo cultivo la variedad de agua, que por otro lado es la que más os recomiendo ya que, sin duda, es a la que mayores propiedades se le atribuyen. Para que no queden dudas os doy mi receta personal de kéfir de agua con ingredientes y cantidades.
Mi receta personal de kéfir de agua: ingredientes y cantidades
En los post, como en cualquier publicación, siempre se suelen apuntar pautas y recomendaciones generales que el lector amoldará a sus gustos y necesidades; pero si, como me habéis comentado, os gustaría conocer alguna receta concreta, o la mía, yo no tengo ningún problema en contaros cómo hago mi propio kéfir.
Partiendo de unas 3 cucharadas de nódulos de kéfir, yo le añado los siguientes ingredientes:
1 litro de agua de botella: nunca del grifo, ni tan siquiera para lavar los propios gránulos, el cloro puede ser perjudicial.
40g de panela: para quienes no conozcáis, la panela es un tipo de azúcar oscuro de gran calidad y el más recomendado para la obtención de kéfir. Suele vender a peso en tiendas especializadas de bioalimentación y, si estáis interesados, os aconsejo que lo compréis en estos sitios porque su precio en herbolarios u otro tipo de comercios (que lo venden ya envasado) es mucho superior.
Cuando comencé a fabricar el kéfir utilizaba azúcar blanco normal y el resultado del kéfir, en cuanto a color, era muy insípido y transparente. Hasta que como todo, conocí la panela, su utilización y sus propiedades, y os puedo decir que sin duda es la mejor opción para fabricar vuestro kéfir.
1 o 2 fresas: se recurre a algo de fruta para darle sabor y aroma al kéfir de agua. Podéis utilizar la que más os guste: plátano, piña, manzana...dependiendo evidentemente del tamaño.
Para un kéfir de 3 cucharadas soperas podemos utilizar un trozo, en pieza, de cualquiera de estas frutas. Durante el tiempo de fermentación podéis ir observando como se va menguando la fruta y perdiendo color.5 pasas: siempre se suele aconsejar que se incluya a modo de ingrediente seco y dulce unas pasas o dátiles. Como todo esto va en gustos, yo opto por las pasas pero sin añadir grandes cantidades.
Medio limón: a modo de cítrico, con piel incluida y previamente lavado. Hay personas que únicamente le añaden la corteza del cítrico (limón, mandarina, pomelo...) ya que le añaden más fruta por otro lado. Es otra opción sin problema, pero ¡recordad siempre lavarlo, por favor!
Cáscara de huevo: totalmente opcional pero yo os lo aconsejo. Simplemente rompemos en huevo y le añadimos la cáscara, evitando que caigan trozos minúsculos que puedan colarse con el líquido posteriormente.
Como en todo, incorporar la cáscara de huevo tiene su aquel y es que en un transmisor estupendo de minerales para el kéfir.
Pasadas 48 horas....
Dejaremos reposar la preparación unas 48 horas siguiendo todos los consejos que os comenté en las anteriores entradas: temperatura ambiente (20ºC), abrir el recipiente de vez en cuando para una correcta fermentación, utilizar utensilios que no sean de metal, usar un recipiente en el que quede 1/3 de aire libre, etc.
A los dos días podremos colar la mezcla y verter el kéfir de agua en una botella (yo lo echo en una de vidrio con cierre hermético como las clásicas y antiguas de gaseosa). Para colarlo recordad que utilizamos un colador no metálico y nos podemos ayudar de un embudo para pasar el líquido a la botella.
En el colador se quedarán aislados los gránulos de kéfir que volveremos a meter en el tarro inicial para una nueva elaboración. Es recomendable, cada cierto tiempo, aclarar con agua embotellada los gránulos usados de kéfir, aunque no es necesario hacerlo después de cada utilización.
Mi consejo
Mi consejo es que dada la sencillez y rapidez de la obtención del kéfir, evitéis acumular cantidades innecesarias durante demasiados días. Tened en cuenta que cada 48 horas vamos a tener una nueva remesa, por lo que es totalmente innecesario exponernos a beber kéfir de días y días.
Otro consejo práctico que os puedo dar, y que yo siempre hago, es pegar un clásico post-it en el tarro con las cantidades utilizadas y el día en que lo hemos fabricado. Aunque parezca una bobada os aseguro que al final se nos terminan olvidando las cosas y este es un modo sencillo de recordar fechas.
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