Las grasas son necesarias en nuestra dieta para cuidar la salud del organismo, pero por supuesto, debemos escoger opciones adecuadas. Dado que los aceites son una de las principales fuentes de grasas en nuestro cuerpo hoy te contamos los beneficios del aceite de oliva y aceite de girasol, así como cuál elegir al comer o al cocinar.
Aceite de oliva
El aceite de oliva, como otros aceites, se compone de 99,9% de grasas, siendo en su mayoría grasas monoinsaturadas. Ofrece también un mínimo de ácidos grasos poliinsaturados y saturados para el organismo y aporta vitamina E con efecto antioxidante en pequeñas proporciones.
El aceite de oliva extra virgen es el que mayor proporción de grasas poliinsaturadas posee, entre ellas el omega 3 de origen vegetal o ácido alfa linolénico. También es fuente de polifenoles con efecto antiinflamatorio semejante al ibuprofeno y antioxidante, por lo tanto, es siempre el más recomendable.
Por estos compuestos el aceite de oliva extra virgen se ha asociado a menor incidencia de enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad o la hipertensión e incluso, podría ser de ayuda para prevenir enfermedades degenerativas como el cáncer como concluye un estudio publicado en la European Journal of Cancer Prevention.
El aceite de oliva (sobre todo el refinado y virgen), resiste muy bien las altas temperaturas, teniendo su punto de fusión o humeo alrededor delos 210°C, siendo por ello uno de los aceites más recomendables para someter a cocción sin que se alteren sus grasas dando origen por ejemplo, a ácidos grasos trans.
Respecto al aceite de oliva extra virgen, siempre mejor para condimentar o consumir en crudo, pero el aceite de oliva (no virgen extra) es una buena opción para cocinar y someter a calor.
Aceite de girasol
Después del aceite de oliva, el aceite de girasol es uno de los más consumidos en España. A diferencia del primero el aceite de girasol posee sabor neutro y un mayor porcentaje de ácidos grasos poliinsaturados, ofreciendo menos grasas monoinsaturadas.
Por su puesto, también aporta en total un 99,9% de grasas y respecto al aceite de oliva, no aporta polifenoles con beneficios varios para el organismo pero posee una cantidad muy superior de vitamina E con acción antioxidante.
Es fuente de grasas saludables para el organismo y por eso, una excelente opción para sumar a nuestros platos. Sin embargo, no lo aconsejamos para cocinar porque se modifica a partir de los 160°C, sobre todo la opción sin refinar. Por ello, mejor consumirlo en crudo, sin someter a cocción.
Porcentaje de grasas | Tipo de grasas | Vitamina E | Polifenoles | |
---|---|---|---|---|
Aceite de oliva | 99,9 | Predomino de grasas monoinsaturadas | 143 mg | Elevada cantidad |
Aceite de girasol | 99,9 | Mayor porcentaje de grasas poliinsaturadas | 411 mg | Escasas proporciones |
En Vitónica | Las grasas son necesarias para el organismo: cuáles escoger para acertar y dónde encontrarlas
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