Las prisas del día a día y el poco tiempo del que disponemos hacen que descuidemos en muchos casos nuestra alimentación. La comida preparada y envasada está suplantando en la mayoría de los casos a la natural preparada de forma casera. Esto hace que nos preguntemos si estamos o no bien alimentados con este tipo de comida.
Las conservas, los alimentos envasados al vacío, precocinados... son algunas de las variantes que nos encontramos día a día en los supermercados y cada vez están más presentes en nuestra casa. Es importante que tengamos en cuenta que no es lo mismo consumir este tipo de comida que la natural preparada por nosotros mismos, aunque cada vez son mejores las técnicas de envasado, ya que respetan las cualidades del alimento en casi su totalidad, pero a qué precio.
La mayoría de procesos de conservación a los que se somete a los alimentos se hacen cuando éstos están en perfectas condiciones, por lo que los nutrientes que se van a preservar son los máximos. Aunque sí que es cierto que en este proceso muchos sufren una parcial destrucción, como es el caso de las vitaminas, pues se trata de unos nutrientes muy delicados a los cambios de temperatura y estado de los alimentos. Muchas de ellas se pierden por el proceso y no llegan hasta nosotros como lo hacen con los alimentos frescos.
En el caso de los alimentos congelados nada más obtenerlos sucede lo mismo. Se preservan todas sus propiedades, pero otras se destruyen. Además, desde que llegan a nuestra mesa, los productos congelados realizan largos viajes en los que en muchos casos se rompe su ciclo de temperatura afectando a sus beneficios nutricionales, ya que esto disminuye su aporte. En el caso de los alimentos frescos la pérdida de nutrientes es a veces menor, aunque si la frescura no es del cien por cien, puede también tener deficiencias nutritivas.
Los alimentos enlatados son otra de las variedades a las que solemos recurrir. En la mayoría de los casos se nos ofrecen diferentes variedades de un mismo producto. Es aconsejable elegir el más natural posible, ya que en el resto se le añaden infinidad de condimentos llenos de colorantes y aromas que tienen un efecto acumulativo en el organismo y a la larga pueden pasarnos factura. Otro punto a tener en cuenta es que en muchos casos los niveles de sodio de estos alimentos enlatados son muy altos a causa del contacto con el metal y de las sales que se le echan para proceder a su conservación.
Desde luego que siempre es más recomendable que procuremos preparar nuestros propios alimentos con productos frescos y naturales, ya que aumentaremos enormemente el aporte nutricional de nuestros platos. Además de esto el sabor es un punto a tener en cuenta que al estar preparado por nosotros tendrá un toque personal al gusto de cada uno.
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