Las almejas, uno de los mariscos más usados en Navidad, forman parte de los moluscos bivalvos que se encuentran enterrados en el fondo marino. Para nuestra alimentación ofrecen diferentes propiedades y beneficios que a continuación revelamos.
Propiedades de las almejas
Aunque hay diferentes tipos de almejas dependiendo del lugar que les da origen y su especie, en líneas generales estos mariscos ofrecen proteínas ante todo, son muy reducidos en grasas así como en hidratos de carbono y por lo tanto, tienen la capacidad de saciar al organismo con pocas calorías.
Entre sus micronutrientes destaca la presencia de hierro de buena calidad así como de potasio, calcio y vitaminas del grupo B dentro de las cuales predomina el ácido fólico.
Es un marisco con escasa cantidad de colesterol en comparación con otros como las gambas por ejemplo, pero sí ofrece una mínima proporción de purinas.
Por otro lado, los polisacáridos presentes en algunas almejas podrían tener propiedades antioxidantes y antitumorales como se ha observado en la almeja de agua dulce en un estudio publicado en la revista Food & Function.
Lamentablemente, como en otros animales marinos y sobre todo, en mariscos, las almejas también pueden contener cantidades elevadas de arsénico por lo que se recomienda no abusar de las mismas como señalan científicos de Taiwán.
Beneficios de las almejas
Las almejas, por su poder saciante y su bajo aporte calórico, son una excelente alternativa para quienes buscan enriquecer su dieta al momento de perder peso.
Pero además, gracias a su elevado contenido en hierro y en ácido fólico, las almejas resultan de gran utilidad para prevenir anemias vinculadas a la alimentación como señala una investigación publicada en la International Journal of General Medicine.
Incluso por su bajo aporte en colesterol y sus buenos nutrientes entre los que puede encontrarse el omega 3, las almejas son ingredientes aliados de la salud cardiovascular, pues además, de entre todos los mariscos son una de las alternativas con menos sodio.
Lamentablemente, por su riqueza en purinas no son aconsejables para quienes tienen ácido úrico alto en sangre, pues su consumo junto al de carnes son los más vinculados a elevación de este compuesto en el organismo como concluye un estudio publicado en 2005.
Se trata de una buena fuente de minerales y por contener yodo es aliado también del buen funcionamiento de la tiroides, sobre todo, de utilidad para quienes tienen hipotiroidismo.
Cómo cocinar almejas
Las almejas como otros moluscos que viven enterrados, deben limpiarse cuidadosamente. Para ello, se recomienda introducir las mismas en un bol con abundante cantidad de agua con sal por alrededor de dos horas, tiempo durante el cual las almejas pueden desechar restos de arena y otras impurezas.
Desecharemos aquellas que se encuentren abiertas o cuyas conchas estén rotas, pues se trata de almejas muertas o no frescas.
Una vez realizado este procedimiento de limpieza podemos cocinarlas al vapor o en agua a punto de ebullición por escaso tiempo, hasta que las almejas se abran. Y con ellas es posible preparar almejas al ajillo, almejas en salsa picante, arroz con almejas y pulpo, sopa con almejas en su interior y muchas otras recetas más.
Imagen | Directo al Paladar y Pixabay
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