Entre los diferentes frutos secos que encontramos a nuestra disposición, las almendras son uno de los más populares y estrellas de esta temporada. Por eso, te contamos sus propiedades, beneficios y cómo usarlas en la cocina.
Las propiedades de las almendras
Como otros frutos secos, las almendras son ante todo fuente de grasas y proteínas vegetales, siendo sobre todo proveedoras de grasas insaturadas como son los ácidos grasos monoinsaturados y poliinsaturados beneficiosos para el organismo.
Aportan muy poca cantidad de hidratos de carbono, pero resulta una gran fuente de fibra para nuestro organismo que además, se acompaña de vitaminas y minerales entre los que destacan el potasio, magnesio, fósforo y calcio, y vitamina E y del grupo B como por ejemplo, el ácido fólico.
Asimismo, como señalan científicos de España, las almendras concentran variedad de compuestos fenólicos en su piel, sobre todo flavonoides que poseen propiedades antioxidantes y que también podrían producir otros beneficios en el organismo humano.
Son alimentos difíciles de digerir que pueden absorber mucha agua en su paso por el estómago e intestino, razón por la cual producen gran saciedad como indica un estudio publicado en la revista Food Biophysics, aunque el tostado facilita su metabolización en el organismo.
Las almendras y sus beneficios
Dado que son alimentos duros y exigen masticación, sumado a su riqueza en fibra, las almendras son muy saciantes pudiendo por ello ser de ayuda al momento de adelgazar así como otros frutos secos.
Por otro lado, su riqueza en vitamina E, potasio y otros micronutrientes de calidad vuelven a las almendras en grandes aliadas de la salud, pudiendo ser especialmente útiles para prevenir enfermedades cardiovasculares. No sólo reduce lípidos nocivos en sangre como el colesterol LDL sino que además puede reducir la oxidación de dichas grasas y así, ser de ayuda para prevenir enfermedades coronarias como concluye un estudio publicado en The Journal of Nutrition.
Asimismo, las almendras (tanto su pulpa como su piel), tienen efecto prebiótico en nuestro intestino, pudiendo por ello ser de ayuda para cuidar la flora intestinal y así, beneficiar la salud en diferentes aspectos como señala una investigación publicada en Anaerobe.
Por último, como concluyen científicos de Estados Unidos, nos debe quedar claro que las almendras aunque son fuente concentrada de grasas y calorías, no engordan sino que pueden favorecer la prevención y control del exceso de peso y la obesidad, así como ser de ayuda para reducir otras enfermedades metabólicas asociadas.
Asimismo, son un alimento de bajo índice glucémico que puede mejorar la sensibilidad a la insulina y por lo tanto, ser de utilidad ante casos de diabetes.
Cómo usar almendras en la cocina
Una vez retirada su capa externa, su cascarón más duro, las almendras pueden consumirse con la piel que recubre cada fruto, habiendo tostado o no el mismo.
Como dijimos, el tostado mejora la digestibilidad de la almendras pero sin este proceso igualmente pueden consumirse a modo de snack saludable para comer entre horas o bien, como parte de variedad de platos: desde salteados y turrones hasta panecillos bajos en hidratos, barritas fitness o unos sabrosos y sanos bombones.
Imagen | Pixabay
Ver todos los comentarios en https://www.vitonica.com
VER 0 Comentario