Una de las preocupaciones relativas a la alimentación que aparecen cada poco tiempo es la que habla de la presencia de arsénico - un conocido veneno - en el arroz y de los posibles riesgos que esto podría suponer para nuestra salud y bienestar. Sabemos que, efectivamente, el arroz contiene ciertas cantidades de arsénico inorgánico. La pregunta es, ¿hay motivos para preocuparnos?
La respuesta ya os la adelantamos en el título y es que no. Debemos tener en cuenta algunas medidas, pero una vez tenido eso en cuenta, no tenemos ningún motivo para preocuparnos.
La presencia de arsénico en el arroz
El arsénico llega al arroz por medio de la absorción. El arroz se cultiva en plantaciones inundadas y, es a través del suelo, de dónde absorbe este arsénico. De manera natural, el suelo ya contiene arsénico, pero el problema viene cuando la cantidad de este sube. Esto puede ocurrir tanto de forma natural, como en el arroz que proviene de origen asiático, en los cuales la crecida del agua hace que aumente la cantidad de arsénico o bien debido al uso de algunos fertilizantes y pesticidas.
Para empezar, debemos tener en cuenta que en el caso del arroz español, la contaminación es mínima, muy por debajo de los límites de seguridad que estableció la Unión Europea en 2016. Por otro lado, debemos tener en cuenta que la Unión Europea estableció dichos límites de seguridad para que la industria alimentaria limitara las cantidades de arsénico presente en el arroz comercializado.
Además, en España, el consumo de arroz es mucho más bajo que en otros países, por lo que estamos mucho menos expuestos. Según la Agencia Europea para la Seguridad Alimentaria a partir de 150 microgramos semanales de arsénico por cada kilogramo de nuestro peso corporal. Los estudios realizados al respecto, para asegurar nuestra seguridad alimentaria, han encontrado que nos encontramos lejos de dichos límites.
Medidas que debemos tomar
En cualquier caso, hay algunas medidas de seguridad que pueden ayudarnos a estar seguros de que no excedemos los límites y de que consumimos arroz de manera segura:
Intentar evitar el arroz procedente de países como la India, ya que la cantidad de arsénico que contienen - por el terreno en el que están cultivados - es más alto y tienen menos controles.
No excedernos con el consumo de arroz semanal.
Lavar bien el arroz antes de cocinarlo, especialmente el integral. Para ello podemos ponerlo a remojo durante toda la noche, y después enjuagarlo y lavarlo bien hasta que veamos que el agua sale perfectamente limpia.
Hervir el arroz en cinco partes de agua por cada parte de arroz que vayamos a usar. Al hervirlo en una cantidad abundante de agua ayudaremos a reducir la cantidad de arsénico. Es importante que tiremos esa agua después.
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