Las frutas constituyen alimentos fuente de nutrientes valiosos para nuestro organismo, entre los que destacan vitaminas con efecto antioxidante en nuestro cuerpo. Te mostramos cómo almacenar a las frutas frescas en casa para no perder vitamina C fácilmente.
Frutas frescas: lejos del calor y la luz solar
Las frutas así como las hortalizas frescas constituyen excelentes fuentes de vitamina C para el organismo. No obstante, tras ser cosechadas su contenido en este continente se reduce considerablemente.
De igual forma, las proporciones de vitamina C pueden modificarse considerablemente dependiendo de la forma en que almacenamos las frutas y hortalizas así como también, dependiendo de la manipulación y cocción de los alimentos.
Para conservar al máximo la vitamina C de los alimentos, es recomendable consumir las frutas frescas, sin someterlas a cocción, así como también retirar su piel justo antes de su ingesta, ya que la misma favorece la conservación de nutrientes y antioxidantes.
Asimismo, es aconsejable almacenar las frutas en un lugar fresco lejos de la luz solar y en lo posible con una mínima cantidad de oxígeno circulante; pudiendo para ello colocar las frutas con su piel en la nevera hasta su consumo o bien, conservarlas en un recipiente cerrado que reduzca al máximo la luz y el oxígeno que circula a su alrededor.
Esto último es fundamental sobre todo, si debemos almacenar una fruta fresca sin su piel, ya trozada o rallada, pues se ha comprobado que los zumos de frutas envasados y tapados se conservan en mejores condiciones, siempre en la nevera.
Estos son algunos trucos que permitirán almacenar las frutas de forma adecuada para no perder vitamina C y aprovechar al máximo sus propiedades antioxidantes.
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