Chocolate y cacao: en qué se diferencian si hablamos de alimentos saludables

Santiago Campillo

Colaborador

Licenciado en Biología, divulgador científico y autodidacta a tiempo parcial. Gentilhombre del S. XXI. La Comunicación Científica es mi pasión y también mi profesión cuando se deja. Inquieto por naturaleza, cómodo por vicio y creativo por enfermedad.

De forma común hablamos indistintamente del cacao y del chocolate. Pero, en realidad, no son los mismo. El cacao es, por su naturaleza, un producto mucho más sano que el chocolate. ¿Por qué razón?

La manteca de cacao, la leche o el azúcar pueden jugarnos un papel contraproducente para nuestra salud. Hoy repasamos sus diferencias y por qué resulta más o menos saludable uno u otro producto.

¿En qué se diferencian el cacao del chocolate?

En España, según el Real Decreto 822/1990, se "entiende por productos de cacao y chocolate aquellos destinados a la alimentación humana que proceden a partir de las semillas del cacao, Theobroma cacao, fermentadas y secadas". Sobre el cacao, en concreto, se diferencian en finos de cacao, cacao en pasta, tortas de cacao, torta de cacao desgrasada, en polvo, azucarados... entre otros, todos a partir la semilla.

Por contra, los chocolates son aquellos productos elaborados a partir de los anteriores y que pueden incluir otros ingredientes en la receta, aunque deben contener, al menos, un 35% de cacao de cualquier tipo. Esto, en la práctica, supone que cualquier producto de cacao al que le añadimos leche, azúcar y manteca de cacao, por ejemplo. El cacao también puede llevar azúcar o manteca de cacao, pero su contenido es mucho más alto y ha sido menos procesado para separar sus componentes.

Esto tiene una consecuencia nutricional importante: los chocolates son mucho más grasos y azucarados. Su contenido en polifenoles, uno de los componentes más saludables del cacao, así como en fibras, son menores. En otras palabras, los cacaos son más saludables. También tienen un sabor más fuerte y amargo, por supuesto.

A pesar de todo, la denominación a veces resulta compleja y confusa. Por ejemplo, algunos chocolates puros, del 70% u 85% en cacao contienen muy poca cantidad de azúcares añadidos o manteca de cacao, siendo mucho más sanos que sus contrapartidas "con leche". Los chocolates blancos también son otro ejemplo terrible, pues contienen muy poco de cacao y una gran cantidad de azúcar y manteca de cacao pura, por lo que entran en la denominación sin parecerse en nada al cacao.

¿Cómo tiene que ser el chocolate" para que sea saludable?

Como explicábamos antes, cuanto más puro sea el chocolate, y más se parezca a un cacao, que es la forma más "pura" de este alimento, mejor. Eso implica que los chocolates blancos, con leche, azucarados y de menos de 70%, por ese orden de menos a más, son poco beneficiosos para la salud. Esto se debe a varias cuestiones.

El cacao, como decíamos contiene diversos tipos de sustancias potencialmente beneficiosas para la salud: polifenoles y antioxidantes varios, micronutrientes, hierro, cálcio y otros. Sin embargo, añadirle algunas sustancias como la manteca de cacao la leche puede limitar su biodisponibilidad. Esto ocurre por el proceso de eliminación y añadidura de la manteca. La leche, por su parte, también afecta a la absorción de hierro y otros oligoelementos.

Por otro lado, los chocolates de menos de 70% suelen contener una gran cantidad de azúcar. Como ya sabemos el azúcar añadido, o libre, es una de las grandes lacras de nuestra nutrición actual. Algo parecido le ocurre a la manteca de cacao. Ambas sustancias son dispuestas en el producto para que resulte más palatable, pero esto también las hace menos saludables.

En definitiva, un buen chocolate debe tener un alto contenido en cacao, a ser posible más del 70%, bajo contenido en azúcares añadidos y poca manteca de cacao añadida. De esta manera nos aseguramos de que comemos la menor cantidad de sustancias poco saludables y que se mantienen lo máximo posible las propiedades saludables del cacao.

¿Cuánto chocolate puedo comer al día?

Además de lo anterior, al cacao se le atribuyen potenciales efectos antitrombóticos y antiinflamatorios mejoran la salud cardiometabólica. Es más, este estudio comprobó que el consumo de chocolate, pese a ser un alimento concentrado en energía, se asocia a menor riesgo cardiometabólico, independientemente de si se realiza actividad física o no. Incluso podría ayudar a regular el peso corporal.

Pero eso no debe darnos pie a comerlo de manera descontrolada. En realidad, como ocurre con todo (y a pesar de que suene terriblemente genérico), el chocolate ha de comerse con moderación. Aunque no existen demasiados estudios sobre las cantidades máximas de ingesta por día, algunos investigadores apuntan a que entre 20 y 25 gramos por día es una medida correcta.

En general, una onza diaria es una forma adecuada de medir, sin excedernos en el control, un consumo moderado. A pesar de sus beneficios potenciales no debemos olvidar que el chocolate (así como el cacao no desgrasado o con azúcar) es un producto altamente calórico, y un exceso de azúcares y grasas nunca será saludable.

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