El envasado de un producto o el marketing alrededor de éste, pueden crearnos una idea equivocada acerca de los alimentos, por eso la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), nos trae cinco ejemplos de alimentos que no son lo que parecen para que aprendamos a abrir los ojos y podamos conocer un poco más lo que comemos.
Tal como ha sucedido con las hamburguesas frescas envasadas o con las bebidas de zumo y leche, ahora la OCU deja al descubierto cinco alimentos que no son lo que dicen ser:
Zumos de frutas: dicen ser zumos pero en realidad son néctares, y tienen sólo la mitad de fruta, pues el resto es agua y azúcar. Esto sucede con muchos zumos, por lo tanto, debemos mirar muy bien el porcentaje de fruta y los ingredientes que posee cada producto, así como sus proporciones.
York: bajo este nombre podemos encontrar todo tipo de carnes de cerdo menos jamón, logrando así un producto de inferior calidad que permite abaratar costos. También podemos ver un alto porcentaje de agua en los jamones disminuyendo la proporción de carne e incrementando el contenido acuoso. Es importante observar muy bien la información del etiquetado y su procedencia para descubrirlo.
Rallado para gratinar: aunque todos pensamos en queso, en realidad no lo es, pues según la OCU no es más que un producto lácteo con grasas vegetales más baratas que la grasa láctea, por lo tanto, no se funde con facilidad y suele quemarse al gratinar. En este tipo de productos quizá podamos observar un poco más en el listado de ingredientes, pues si no es sólo queso, algo anda mal.
Carne picada envasada: aunque sólo debería ser carne, como contamos anteriormente, tienen entre un 65 y un 90 % de carne, siendo el resto almidones, proteína de soja, conservantes, colorantes y grasa, con el objetivo de abaratar costos, dejándonos un producto de muy inferior calidad que claramente, no es lo que parece.
Calamares: muchas anillas de calamares que encontramos en el supermercado son en realidad pota, otra especie similar que suele ser más dura, por lo tanto, reciben un tratamiento con agua y fosfatos para hacerlas más tiernas. Además, muchas veces escogemos anillas frescas que en realidad, son descongeladas y ello debe ser aclarado en su envase.
Éstos son, según el análisis de la OCU, cinco alimentos que no son lo que parecen y que pueden confundirnos notablemente, pues los consumidores creemos que estamos comprando y comiendo algo que en realidad, no lo es.
Además de mirar muy bien los etiquetados, claro está que se necesita más regulación y análisis como el de la OCU, que deja al descubierto estos productos que dicen ser algo que en realidad no lo son y de esa forma, engañan al consumidor.
Una buena solución sería cambiar la denominación del producto y dejar en claro en su envase, lo que verdaderamente son, para que de esta forma, sepamos lo que estamos comiendo o escogiendo al momento de realizar la compra.
Vía | OCU
En Vitónica | Etiquetas trampa, ¿sabemos lo que comemos?
Imagen | iStock
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