Cómo puedes preparar las semillas de calabaza para sacarles todo el partido (y 11 recetas para incluirlas en tu dieta)

Dentro de todos los tipos de calabaza que podemos consumir se encuentran sus semillas, blancas por fuera y verdes por dentro. Estas semillas o pipas de calabaza son aptas para consumo también, y por eso te mostramos cómo puedes prepararlas dejando 11 recetas para incluirlas en tu dieta.

Los nutrientes de las semillas de calabaza y cómo sacarle partido a los mismos

Las semillas de calabaza concentran grasas insaturadas, fibra y proteínas  vegetales que brindan saciedad al organismo ofreciendo una mínima  cantidad de hidratos de carbono y una amplia variedad de vitaminas  minerales y antioxidantes.

Entre sus micronutrientes destaca el potasio, magnesio, zinc, calcio vegetal, hierro, vitaminas del grupo B y vitamina E. Siendo fuente también de compuestos fenólicos que ofrecen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes.

Como se puede apreciar, con las semillas de calabaza podemos sumar buenos nutrientes a diferentes platos enriqueciendolos en grasas saludables o bien en proteínas y fibra para incrementar su poder saciante.

Además, su riqueza en proteínas vegetales y fibra permite demorar la digestión de otros alimentos y por ello, podemos emplear las pipas de calabaza para reducir el índice glucémico de platos fuente de hidratos de carbono.

Las mejores formas de preparar semillas de calabaza

Podemos consumir las semillas de calabazas de todo tipo, ya que las mismas varían muy poco de una de una hortaliza a otra, pudiendo encontrar diferencias de tamaño o color.

Al abrir la calabaza la semillas son blandas al tacto, pero una vez tostadas o secas se deshidratan, concentran nutrientes y adquieren una textura crujiente muy agradable.

En un primer momento, tras retirar las semillas de una calabaza, debemos enjuagarlas bajo el grifo de agua para eliminar los restos de pulpa gelatinosa que puedan contener, posteriormente escurrir, dejar secar y después podemos tostar en horno o en sartén.

Desaconsejamos su fritura debido a que éste método de cocción adiciona grasas y calorías innecesarias a las pipas de calabaza que también, pueden perder nutrientes liposolubles como la vitamina E al sumergirse en aceite.

Por ello, aconsejamos por ejemplo tostarlas en el horno y especiarlas para elaborar un sabroso y saludable snack o bien podemos realizar este procedimiento en sartén antiadherente o con un mínimo de aceite de oliva extra virgen.

Si las pipas son de gran tamaño podemos abrir cada una de ellas para  retirar la semilla verde de su interior, de lo contrario su cáscara externa también puede consumirse sin problemas.

Con las semillas limpias y crudas o tostadas pero sin sabor añadido podemos enriquecer diferentes preparaciones como por ejemplo panes y galletitas. Algunas recetas que  recomendamos son un pan integral con semillas y avena; un pan rápido de semillas; unas crackers crujientes de semillas y avena; unas crackers de espelta saludables o bien un pan de soda con trigo sarraceno y pipas de calabaza muy fácil de realizar.

En todas las recetas antes nombradas las semillas de calabaza ayudan a reducir el índice glucémico de panes y galletas, así como incrementan su calidad nutricional.

Otra opción en la que podemos aprovechar sobre todo las grasas de las pipas de calabaza, es triturarlas de manera de preparar una especie de pasta rústica que podemos emplear en un pesto de pipas de calabaza y girasol o bien, en un dip de berenjena muy nutritivo.

Por supuesto, las pipas de calabaza también pueden servir para decorar y añadir textura crujiente a platos como un hummus, un smoothie bowl, una crema de verduras o una ensalada.

Estas son las mejores formas de preparar semillas de calabaza para sacarles todo el partido a sus nutrientes y propiedades.

Imagen | iStock, Directo al Paladar y Vitónica

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