El ahumado es una técnica de conservación de alimentos que permite alargar la vida útil de los mismos. Si bien no hay grandes diferencias entre un alimento fresco y un ahumado, debemos tener cuidado con estos últimos, porque pueden contener mucho sodio.
Por ejemplo, el salmón fresco y el ahumado poseen similar cantidad de proteínas, grasas, potasio, fósforo y otras vitaminas y minerales, pero a diferencia del primero que posee 60 mg de sodio por cada 100 gramos, el ahumado posee cerca de 2000 mg de sodio en igual cantidad de alimento.
Y lo mismo sucede con otros ahumados, como es el caso del pavo ahumado que contiene casi 1000 mg de sodio por cada 100 gramos, mientras la carne de pavo fresca no supera los 70 mg, o el tofu, que fresco contiene menos de 10 mg de sodio por cada 100 gramos y ahumado posee alrededor de 300 mg del mineral por cada 100 gramos.
Entonces, debemos saber que si bien nutricionalmente los alimentos frescos y ahumados son similares, éstos últimos pueden contener mucho sodio, por lo que excedernos con su ingesta no resulta recomendable y utilizarlos como única forma de consumo de carnes tampoco.
Es importante tener cuidado con los ahumados, sobre todo, entre hipertensos o personas con problemas renales o enfermedades cardiovasculares, debido a su alto contenido de sodio.
En Vitónica | El riesgo de los ahumados
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