La clave es combinar el cereal con ingredientes apropiados, que favorezcan la saciedad
La avena es un alimento con valiosas propiedades para nuestro organismo, muy utilizado el mundo del fitness y también para degustar en el desayuno y empezar el día con energía. Sin embargo, una mala preparación puede convertir a este saludable alimento en una bomba de calorías, así te mostramos cuáles son los casos en los que la avena puede engordar.
Utilizar un producto listo para consumir
No todo aquel plato o preparación que lleve avena es saludable, sino que los productos listos para consumir o más bien los ultraprocesados o alimentos industrializados a base de avena pueden no ser lo más aconsejable.
Así, encontramos en el supermercado porridges a base de avena listos para degustar o galletas diversas con este cereal en su interior, que puede concentrar una gran cantidad de azúcares añadidos así como también sal, aditivos e incluso grasas trans que no sacian en gran medida y que por el contrario pueden tener un efecto adictivo en nuestro cuerpo.
Estas son algunos ejemplos de que la avena no siempre es saludable y que una mala preparación puede convertir a este noble alimento en un producto que favorezca el aumento de peso.
Usar toppings ricos en calorías
Si nuestra avena la servimos con la leche o con un yogur natural pero añadimos variedad de toppings que saborizan como trocitos de chocolate, nueces u otros frutos secos caramelizados, miel, siropes o frutas confitadas, estaremos incorporando una gran cantidad de azúcar y calorías que en nada benefician el organismo.
Escoger ingredientes de calidad, saciantes y sin azúcares libres o añadidos en su interior resulta fundamental para acompañar la avena apropiadamente y de esta forma, controlar de manera efectiva la cantidad consumida.
Servir sin fuentes de proteínas
Acompañar la avena con leche con yogur o por qué no con huevo en una preparación como pueden ser las tortitas, resulta fundamental para promover la saciedad en nuestro cuerpo y al mismo tiempo reducir el índice glucémico del cereal.
También podemos acudir a fuentes vegetales de proteínas como crema de cacahuete sin azúcar agregado, frutos secos o semillas; y contrarrestar así el poder adictivo que puede tener un plato a base de avena con variedad de fuentes de azúcares cómo acompañantes.
Utilizar agua en lugar de leche para su preparación
Si con la finalidad de ahorrar calorías utilizas agua para cocinar la avena o para remojarla e hidratarla en lugar de leche, lograrás un plato con menos sabor e inferior poder saciante.
La leche aporta azúcares naturales que utilizada para preparar la avena pueden impedirnos el agregado de fuentes de azúcares al plato así como también brinda proteínas de calidad que reducen el índice glucémico del cereal y brindan saciedad de manera efectiva.
Consumir porciones demasiado grandes
Una ración de aproximadamente 50 gramos de avena es lo suficientemente saciante y grande como para calmar el hambre de forma efectiva; sin embargo si abusamos del consumo de este cereal y lo escogemos preparaciones inadecuadas, podemos propiciar un exceso de hidratos de carbono en nuestra dieta y al mismo tiempo un balance energético positivo que favorezca la ganancia de peso.
Estás son algunas formas de preparar la avena que pueden conducirnos al aumento de peso debido a que en lugar de lograr un plato verdaderamente sano y saciante a base de este cereal, pueden propiciar un consumo excesivo o una conducta adictiva.
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Imagen | Foto de portada: Flo Dahm, foto 1: Nimra Yamin, foto 2: Food Photographer | Jennifer Pallian, foto 3: Ray Albrow, foto 4: Keegan Evans
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