Descubre la crononutrición

Llevo un tiempo leyendo sobre esta forma de comer y me gustaría enseñar de qué se trata a todos aquellos que no la conocéis.

La crononutrición surgió en 1986 del nutricionista Alain Delabos, pero no es hasta la actualidad cuando nutricionistas y científicos la estudian con más detenimiento.

Es una forma de alimentarse que se basa en respetar el ritmo natural del organismo. Es decir, consiste en ingerir nutrientes y alimentos cuando son más necesarios y útiles para el cuerpo.

Nuestro organismo a lo largo de un día segrega diferentes hormonas y enzimas con tal de obtener el mejor ritmo biológico y de poder asimilar el 100% de todos los nutrientes que ingerimos.

Personalmente, la considero interesante y válida aunque haya puntos en los que estoy en desacuerdo. Eso si, suelo incluir algún alimento que se basa en dicho método. A continuación, os voy a poner algún ejemplo para que podáis entender mejor lo que estoy hablando.

  • Por las mañanas, el consumo de jamón serrano sería un buen ejemplo, ya que produce un empujón energético ideal para soportar una dura mañana de trabajo gracias a sus altas cantidades en grasas saludables y ser precursión de las catecolaminas.

  • Al mediodía, sería momento de ingerir una comida equilibrada pero sin excesivas grasas. Una opción estupenda es una carne de pavo o pollo mezclada con trigo duro o arroz, que son hidratos de carbono de absorción lenta. Según los entendidos, durante esta franja horaria se segregan proteasas y amilasas, destinadas a poner en su lugar las proteínas celulares y a almacenar las reservas proteínicas para una posterior recuperación y regeneración.

  • Por la noche, no necesitaremos alimentos que nos aporten un extra de energía o que nos dejen en un estado de excitación. Dejaríamos de dar importancia a los hidratos de carbono y a las grasas animales para introducir proteínas de fácil digestión con grasas Omega 3 y 6 como el pescado azul. Además, ayudaremos a nuestro cuerpo a descansar mejor con alimentos ricos en triptófano. Leche, yogur, cereales integrales y cerezas serían grandes aliadas en la cena.

Por supuesto, estos son algunos ejemplos. Pero, me parece una buena opción dar al cuerpo el alimento que más le conviene en cada momento. El objetivo es pensar qué quiero hacer y qué alimentos tengo que ingerir para favorecer estos procesos.

Imagen | Wikimedia Commons

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