Vivimos tiempos complicados en materia de alimentación y medio ambiente. El desperdicio de alimentos se ha convertido en uno de los mayores problemas a los que la sociedad moderna se enfrenta en cuanto a la gestión eficiente de recursos y materias primas, y no parece que su crecimiento en los próximos años vaya a detenerse.
Y es que, un tercio de toda la comida producida en el mundo se desperdicia cada año, lo que equivale a aproximadamente a 1 300 millones de toneladas anuales, según datos de la FAO, Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Esto no solamente incluye la comida sobrante en la casa de los consumidores, sino que engloba todos los excedentes y subproductos desechados por parte de la industria alimentaria y los productores de alimentos.
Por ello, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos se ha convertido en una necesidad real que todos debemos afrontar para dar un vuelco a esta situación, empezando por los productores e industria alimentaria y terminando por el propio consumidor.
Lo más sencillo es comenzar con pequeños gestos cotidianos en casa. Así que en el artículo de hoy te damos algunas claves para evitar el desperdicio de alimentos en el hogar, sobre todo haciendo frente a la Navidad, época donde las sobras de comida son abundantes.
Cocina solo lo que te vayas a comer
Sin duda, cocinar las cantidades exactas de alimento para un grupo muy grande de personas es bastante complicado. Más aún si tenemos en cuenta la amplia variedad de productos y preparaciones culinarias a las que nos enfrentamos en noches tan destacadas como Nochebuena y Nochevieja.
Aún así, la mejor forma de evitar las sobras y el desperdicio de alimentos será cocinar cantidades más pequeñas, haciendo que las raciones sean menores.
Un buen truco es consultar las cantidades exactas a través de una rápida búsqueda en Internet de nuestras recetas favoritas. De esta forma sabremos de forma mucho más concreta la cantidad de los ingredientes necesarios para su preparación.
Respeta las fechas de duración
A pesar de que la fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente tienen significados distintos, ambos conceptos comparten una indicación temporal acerca del consumo de un alimento que es importante respetar.
A la hora de gestionar el consumo de alimentos en casa, siempre debemos almacenar en ubicaciones delanteras aquellos productos que estén cercanos al vencimiento de su fecha de consumo, para así favorecer su ingesta temprana.
Estas recomendaciones son aplicables tanto en la despensa como en el frigorífico, espacio donde puede ser muy práctico etiquetar nuestros tápers con la fecha de cocinado, para así tener claro hasta cuándo deberíamos consumir el alimento en cuestión.
Conserva adecuadamente las sobras
Después de cocinar, es recomendable conservar en refrigeración las sobras para evitar el deterioro de los alimentos y el desarrollo de posibles patógenos capaces de provocar intoxicaciones alimentarias. Una vez en el frigorífico, es recomendable consumir las sobras en un periodo máximo de 48 horas.
Si trasladamos esta recomendación a las celebraciones navideñas, debemos intentar que nuestros platos no permanezcan a temperatura ambiente más de 2 horas en la mesa. Una vez terminada la comida, procura guardar los alimentos y preparaciones en la nevera lo más rápido posible. De esta forma frenaremos el crecimiento de posibles patógenos como Salmonella, Listeria o Campylobacter que encuentran en la temperatura ambiente un gran aliado para el crecimiento bacteriano.
Los congelados son tus aliados
No tengas miedo a recurrir a congelados como gambas y langostinos en tus comidas y cenas navideñas. Como ya explicamos en Vitónica, la congelación es un método de conservación muy eficaz para alargar considerablemente la vida útil de los alimentos.
Utilizando productos congelados tenemos la ventaja de que únicamente tomaremos los necesarios. El resto del producto seguirá manteniéndose a temperaturas mínimas para su conservación en el congelador sin ningún problema.
Organizar el menú es vital
Planificar el menú navideño puede ser una valiosa herramienta a la hora de reducir el desperdicio de alimentos. De esta forma, únicamente compraremos en el supermercado los productos que necesitaremos para la preparación de nuestros platos, disminuyendo la posibilidad de una posterior generación de excedentes.
Además, un recurso clásico de la cocina tradicional es utilizar las sobras de pescado o carne como por ejemplo pollo, cerdo o merluza como base para elaborar otros platos típicos como por ejemplo croquetas, guisos o estofados en los días posteriores a grandes comilonas.
Todas estas recomendaciones se pueden extrapolar a nuestra actividad habitual druante el resto del año, no son exclusivas de la Navidad. Recuerda que la reducción del desperdicio de alimentos es de vital importancia para todo el planeta, y que podemos empezar a frenarlo desde nuestro propio hogar.
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