Ante el descontrol y la falta de alimentos saludables que se venden en los colegios el Ministerio de Sanidad a decidido tomar cartas en el asunto. El exceso de bollería, los alimentos muy calóricos y los dulces son el habitual de los colegios e institutos. Grasas, azúcares y sal forman parte de la dieta en la escuela. Salvan la situación los bocadillos y algún caso aislado en donde se puede obtener algo de fruta o zumos.
Aqui el problema, como suele ocurrir en educación, es doble: problema de los padres porque dan dinero a los hijos para que se compren lo que quieran en la hora del recreo y problema de los centros, donde no se controla el tipo de alimentos que se vende en las cantinas o en las máquinas expendedoras.
Si uno de los pilares educativos es la educación para la salud que menos que a la hora de comer en el centro ofrezcamos productos considerados saludables, y esto es lo que habrá pensado el Ministario de Sanidad. Se aboga por los bocadillos, sobre todo con pan integral, zumos de frutas y hortalizas, frutos secos sin procesar, leches y quesos bajos en grasas y bollería siempre y cuando cumpla unos requisitos nutricionales, sobre todo con referencia a las grasas trans.
No se trata de prohibir, sino de controlar el tipo de alimentos que ofrecemos al alumnado en los centros y educar sobre cuál es el mejor tentempié para tomar a media mañana. Os sorprenderíais de la cantidad de chucherías y bollos que puede tomar un niño a lo largo del día si tiene dinero para comprarlos, algo que repercute en el exceso de calorías diario y en una dieta poco equilibrada, por no hablar de la falta de apetito cuando el niño llega a casa.
Esta medida se enmarca dentro de la Estrategia NAOS para una alimentación saludable y pretende cambiar los hábitos alimenticios en los centros y eliminar todo tipo de publicidad nociva. Ojalá este tipo de iniciativas se lleven a cabo, porque si ya los niños tienen acceso a todo tipo de alimentos fuera del centro, al ponerlos también dentro es más fácil que cometan un abuso de alimentos muy calóricos o ricos en azúcares y grasas. Sin duda, la educación en este tema es algo fundamental.
Más información | El Mundo
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