Este es el alimento probiótico que puede mejorar la salud intestinal pero también ayudarte a perder peso

La conexión entre nuestro intestino y nuestro cerebro es muy marcada. Es por eso  que te mostramos cuál es el alimento probiótico que puede mejorar la salud intestinal pero también ser de ayuda para perder peso.

Kéfir: fuente de probióticos y mucho más

El kéfir es uno de los alimentos fermentados más conocidos en la actualidad que puede efectivamente contribuir al funcionamiento y composición de nuestra flora intestinal, siendo esto de gran ayuda para optimizar el sistema inmunitario y cuidar la actividad metabólica.

La microbiota intestinal influye en gran medida en nuestro metabolismo, ya que dependiendo de su composición y funcionamiento absorbemos más o menos nutrientes, resultando un importante modulador de la grasa corporal, según los estudios.

Asimismo, la actividad de la flora intestinal ante los alimentos puede reducir el  apetito y producir saciedad ayudando de esta forma a lograr el balance  energético que impide el aumento de kilos o propicia el adelgazamiento.

Por otra parte, no sólo resulta fuente de probióticos que puede preservar el  ritmo de nuestro metabolismo y esto ser de ayuda para controlar el peso corporal, sino también es una excelente fuente de proteínas con efectos saciante que puede favorecer la pérdida de peso.

Las proteínas al mismo tiempo, son un nutriente fundamental cuando buscamos  adelgazar o controlar el peso corporal, ya que demandan un gran trabajo  digestivo y pueden elevar el gasto calórico en nuestro cuerpo únicamente por el trabajo que requieren para metabolizarse.

Cómo elegir el kéfir correcto

Podemos encontrar en el mercado variedad de opciones, pero el mejor kéfir que podemos consumir es el kéfir derivado de leche que contiene un mayor  porcentaje de proteínas, y aquel sin azúcares añadidos.

Para obtener una alternativa de calidad podemos aplicar la misma regla que para el yogur, es decir la regla del 3-4-3 o lo que es igual, elegir un producto que contenga alrededor de un 3% de proteínas, un 4% de hidratos y no más que un 3% de grasas.

Es importante que no sea un kéfir pasteurizado tras la fermentación ya que la presencia de microorganismos vivos o probióticos se anula por completo y  de esta forma, sus beneficios se reducen considerablemente.

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