Procesos inflamatorios en nuestro cuerpo pueden ser síntomas que indican el inicio de una enfermedad y su desarrollo en nuestro cuerpo. Algunos alimentos pueden, naturalmente, ser de ayuda para combatir y prevenir la inflamación y a continuación te mostramos lo que la ciencia dice al respecto.
La inflamación como proceso patológico
No sólo puede haber inflamación cuando hay infección, golpe fuerte en una articulación, o daño en fibras musculares tras un trabajo intenso, sino que muchos procesos inflamatorios son parte de enfermedades más complejas o constituyen los primeros pasos de las mismas.
Así, enfermedades articulares como la artritis, metabólicas como la obesidad y la diabetes, degenerativas como el cáncer y otras se desarrollan con un fuerte componente inflamatorio y los comienzos de las mismas también están estrechamente ligadas a procesos inflamatorios.
Por eso, si queremos prevenir o reducir los síntomas de muchas enfermedades, controlar la inflamación puede ser de gran ayuda. Y en este sentido, una buena dieta con alimentos cuyos efectos antiinflamatorios han sido científicamente probados puede ser de mucha utilidad.
Alimentos contra la inflamación
Muchas son las drogas y medicinas que nos permiten reducir la inflamación en nuestro cuerpo, pero generalmente poseen efectos secundarios. Por eso, si podemos prevenir la inflamación con ayuda de una dieta sana sin consecuencias negativas sino sólo con beneficios estaremos protegiendo enormemente la salud del organismo.
Para ello, algunos alimentos con efecto antiinflamatorio según la ciencia son:
Aceite de oliva extra virgen
El aceite de oliva no refinado, y mejor aun el virgen extra (AOVE) es el que mayor proporción de polifenoles con efecto antioxidante concentra. Y entre ellos, destaca un compuesto denominado oleocanthal que según investigadores de Australia tiene potentes efectos antiinflamatorios.
Consumido el aceite de oliva extra virgen en el marco de una dieta mediterránea, podría ser de ayuda para prevenir procesos inflamatorios y así reducir el riesgo de diferentes tipos de enfermedades cardiovasculares, degenerativas, neurológicas o metabólicas en donde la inflamación tiene un rol importante en su desarrollo.
Podemos sumar aceite de oliva extra virgen a la dieta como parte de diferentes aliños o bien, podemos emplearlo para elaborar conservas caseras, para cocinar diferentes platos y también, en panadería o pastelería como parte por ejemplo, de sanos bizcochos.
Jengibre
Un estudio publicado en Journal of Medicinal Food señala que el jengibre comparte propiedades con los antiinflamatorios no esteroideos al tener un efecto inhibitorio sobre la síntesis de prostaglandinas y así, frenar el avance o prevenir el desarrollo de un proceso inflamatorio.
Además, es fuente de buenos nutrientes y potentes antioxidantes que en conjunto, ayudan a reducir la inflamación y así, ayudan a prevenir enfermedades cardiovasculares y también, procesos cancerosos, dislipemias y artritis reumatoidea, entre otros beneficios.
Con jengibre podemos elaborar desde una infusión fría o caliente hasta, ensaladas, galletas, salteados, o bien, platos más elaborados como unos noodles con pollo y jengibre, una crema con zanahorias y más.
Aceite de pescado
El aceite o la grasa propia de los pescados, está colmada de omega 3, sobre todo ácido docosahexanoico y eicosapentanoico (DHA y EPA). Estos ácidos grasos son esenciales para nuestro cuerpo y tienen efecto antiinflamatorio así como antioxidante según se ha probado en personas con artritis reumatoidea, cuya inflamación y dolor se atenuaba ante su consumo.
Y dado que los suplementos de aceite de pescado no han mostrado mayores beneficios que su consumo como alimento, en el cual además encontramos otros nutrientes que pueden contribuir, lo más adecuado es incluir pescado graso como salmón, atún, jurel, sardinas, anchoas, bonito y semejantes al menos unas dos veces por semana.
Así, podemos obtener los beneficios del aceite de pescado con preparaciones como un salmón al horno, una pizza con bonito y anchoa, o una ensalada con arenque.
Cúrcuma
Es una especia con gran atractivo por su sabor, aroma y color, pero sobre todo, porque en ella se esconde un potente antioxidante que es responsable de su efecto antiinflamatorio y se denomina curcumina.
Como señalan científicos estadounidenses, la curcumina puede reducir y prevenir de diferentes formas los procesos inflamatorios y así, ayudar a reducir el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, degenerativas y otras.
Podemos aprovechar todas las propiedades de la cúrcuma sumándola a diferentes platos para dar sabor y color a los mismos. Por ejemplo, un curry vegetariano, unas galletas saladas o un coliflor diferente con muy buen sabor.
Uva y zumo de uva
Como señala una investigación publicada este año, los compuestos fenólicos y entre ellos, el resveratrol, tienen potentes efectos antiinflamatorios que pueden contribuir a la prevención de diferentes enfermedades.
Aunque el principal alimento que contiene resveratrol es el vino tino, por su contenido en alcohol recomendamos evitar su consumo y en su reemplazo, usar otras fuentes de resveratrol más saludables como por ejemplo, las uvas y el zumo de uva.
Podemos usar uvas que son frutas de estación para elaborar desde un batido y ensalada hasta brochetas, salsas, aperitivos y mucho más.
Cebolla
La cebolla como otras hortalizas es fuente de flavonoides entre los cuales destaca la quercetina, que posee propiedades antioxidantes y antiinflamatorias según señala una investigación publicada en la revista científica Nutrition.
Así, la cebolla puede ser un alimento más que ayude a prevenir la inflamación mediante una dieta sana y además, podría ser de ayuda para procesos alérgicos como el asma, tal como han concluido científicos de Brasil.
Podemos incluir cebolla en diferentes platos, en ensaladas que resulta muy sabrosa y es una de mis preparaciones preferidas con esta hortaliza, o bien, en sopas y cremas, tartas, pizzas o como parte de salsas, salteados y guisados varios.
Alimentos antiinflamatorios, no medicamentos
Como hemos dicho, hay muchas patologías en las cuales la inflamación tiene un rol etiológico importante y por eso, podemos pensar, como sucedió con el aceite de oliva, que con el consumo de estos alimentos con efecto antiinflamatorio podemos reemplazar al ibuprofeno u otros medicamentos similares.
Sin embargo, se trata de alimentos que ayudan a prevenir la inflamación no de medicamentos y por lo tanto, los primeros no reemplazan a los segundos, sino que en el marco de una dieta equilibrada como puede ser una dieta mediterránea, su consumo puede proteger la salud y ayudar a prevenir muchas enfermedades mediadas por procesos inflamatorios.
El consumo de alimentos con efecto antiinflamatorio puede ayudar a los medicamentos en su acción o puede evitar el uso de drogas de este tipo al reducir el riesgo de patologías inflamatorias, sin embargo, nunca un alimento será igual que un medicamento y por lo tanto, su consumo no reemplaza a estos últimos.
Bibliografía consultada | Int. J. Mol. Sci. 2014, 15(7), 12323-12334; doi:10.3390/ijms150712323; Journal of Manipulative and Physiological Therapeutics, Volume 25, Issue 3, March–April 2002, Pages 168-179Int; Journal of Medicinal Food, July 2005, 8(2): 125-132. https://doi.org/10.1089/jmf.2005.8.125; The Journal of Rheumatology, 01 Oct 1988, 15(10):1471-1475; The International Journal of Biochemistry & Cell Biology, Volume 41, Issue 1, January 2009, Pages 40-59; Mini Rev Med Chem. 2017 Feb 8. doi: 10.2174/1389557517666170208143410; Nutrition, Volume 24, Issues 7–8, July–August 2008, Pages 703-710; Inflammation Research, October 2007, Volume 56, Issue 10, pp 402–408; y Anti-Inflammatory & Anti-Allergy Agents in Medicinal Chemistry, Volume 9, Number 2, June 2010, pp. 101-124(24).
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