Durante las fiestas de fin de año, sobre todo, en las Navidades, es frecuente llenar la mesa de chucherías poco saludables, pero existe una alternativa a este tipo de dulces y es la fruta desecada, un alimento que suele estar presente en las comidas de esta época del año y que se encuentra colmado de beneficios.
Las frutas desecadas o deshidratadas son sometidas a un proceso durante el cual pierden gran parte del agua que contienen y por ello, no sólo concentran su sabor y lo acentúan, sino que en menor volumen tienen mayor poder nutritivo respecto a las frutas frescas.
Existen orejones de melocotón o albaricoques, uvas pasas, higos, manzanas, peras y muchas otras frutas desecadas que contienen casi un 80% menos de agua que sus versiones frescas y por ello, tienen una mayor concentración de carbohidratos y proteínas que incrementan sus calorías, pudiendo alcanzar las 300 por cada 100 gramos.
No obstante el mayor aporte calórico por cantidad, las frutas desecadas no sólo tienen más hidratos y proteínas, en promedio 63% y 3% respectivamente, sino que tienen mayor contenido de vitaminas y minerales, entre los que se destacan calcio, magnesio, potasio, fósforo y vitaminas del complejo B, carotenos, vitamina A y E.
Todos estos nutrientes hacen que los frutos desecados sean una opción saludable para alimentar el organismo y reemplazar algunos productos ricos en azúcares por otros más nutritivos en esta Navidad, ya que no sólo pueden comerse como parte de una mesa dulce, sino que son una alternativa sana para comer entre horas, por supuesto, sin descuidar las cantidades.
En Vitónica | Frucht Chips o snacks de fruta deshidratada Imagen | Flickr (AudreyH)