Entre los mariscos que solemos consumir y que con frecuencia se utilizan en la mesa de Navidad se encuentran las gambas, un crustáceo muy semejante a los camarones y langostinos de los cuales te contamos sus propiedades, beneficios y posibles usos en la cocina.
Propiedades de las gambas
Las gambas, como otros mariscos son alimentos fuente de proteínas de calidad ante todo. En este caso también se trata de una opción muy reducida en grasas aunque dentro de estas predominan los ácidos grasos poliinsturados y sobre todo, el omega 3.
Ofrece muy bajo contenido en hidratos y contiene un 80% de agua, razón por la cual es un alimento de baja densidad calórica, pero con gran capacidad de saciar al organismo debido a su riqueza en proteínas.
Entre sus micronutrientes destaca la presencia de yodo como en casi todos los mariscos, y también de potasio, calcio, hierro y en menor medida magnesio. Sus vitaminas predominantes son las del grupo B y en escasas proporciones aporta vitamina D y vitamina E con efecto antioxidante.
Aunque es uno de los pocos mariscos con bajo a nulo contenido en purinas, las gambas presentan una elevada cantidad de colesterol en su composición.
Por otro lado, al igual que otros animales marinos, las gambas pueden tener cantidades apreciables de arsénico como señala una investigación publicada en Marine Pollution Bulletin, dependiendo principalmente del lugar donde crecen y se desarrollan.
Los beneficios de las gambas
La ingesta de gambas resulta de gran ayuda para sumar proteínas magras a la dieta y obtener saciedad sin muchas calorías, siendo por ello un noble alimento cuando buscamos adelgazar.
Además, es de los mariscos admitidos en quienes tienen ácido úrico en sangre, aunque debe consumirse con moderación por supuesto, debido a que su riqueza en proteínas puede ocasionar otras consecuencias asociadas a esta condición.
Es un alimento rico en yodo y por ello recomendable para quienes tienen hipotiroidismo o desean prevenir su desarrollo en caso de presentar predisposición genética a dicho trastorno de la tiroides.
Por otro lado, por poseer grasas de calidad como son los ácidos grasos eicosapentanoico y docosahexanoico (EPA y DHA), puede beneficiar la salud cardiovascular y tener un efecto antiinflamatorio entre otros beneficios para al salud que la evidencia científica señala.
Cómo usar gambas en la cocina
Lo recomendable cuando se trata de pescados y mariscos es escoger productos frescos siempre. Los congelados pueden ser una buena opción aunque en ocasiones pueden contener aditivos como los sulfitos en grandes cantidades como señala un estudio publicado en Food Control.
De tratarse de gambas congeladas debemos verificar que no tengan o posean escasas proporciones de aditivos añadidos.
Si usamos gambas frescas posteriormente las podemos congelar con o sin su piel y descongelar en la nevera por 24 horas. Una vez descongeladas quitaremos su piel si la tuviese y se cocinan en un breve tiempo: uno a dos minutos.
Con gambas podemos elaborar desde un simple salteado o una ensalada hasta albóndigas, un cóctel para Navidad, unos pimientos rellenos e incluso, un caldo con sus cabezas que habitualmente se desechan.
Imagen | Pixabay
Ver todos los comentarios en https://www.vitonica.com
VER 0 Comentario