La coliflor es una gran hortaliza que muchos dejamos de lado por su fuerte aroma o bien, porque para el organismo no es un alimento fácil de digerir. Sin embargo, si aprendemos cómo cocinarla y consumirla, podemos aprovechar sus beneficios.
Para evitar que la coliflor desprenda su fuerte olor cuando la hervimos podemos incorporar una pequeña cucharada de bicarbonato de sodio al agua de cocción, o bien, podemos consumirlo cocinado al vapor, ya que de esta forma el aroma es inferior y una vez cocido, queda con más sabor y textura.
La coliflor es una hortaliza perteneciente a la familia de las crucíferas, presenta gran cantidad de fibra y similar proporción de proteínas e hidratos con nulo aporte de grasas. Además, es rica en ácido fólico, una vitamina importante para prevenir muchas afecciones y que contribuye al funcionamiento cerebral.
Por otro lado, es rica en calcio, magnesio, potasio, fósforo, vitamina C y vitaminas del grupo B. Todos éstos micronutrientes son esenciales en nuestra dieta, y mucho más importantes, en la dieta de un deportista, para prevenir desequilibrios electrolíticos.
La coliflor tiene más vitamina C que la naranja, y por ende, es un vegetal ideal para combinar con carne, legumbres o vegetales de hojas verdes para favorecer la absorción del hierro.
Incluso, aporta muy pocas calorías debido a que tiene un 90% de agua, y puede incluirse a preparaciones calientes o frías, con otros vegetales, con carne, con pastas o en budines.
Debemos aprender a disfrutar de los beneficios de la coliflor, ya que éstos son muchos y no los podemos desaprovechar.
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