El debate sobre si debemos consumir lácteos enteros o no, y sobre si los lácteos son buenos o malos para nuestra salud, es uno que lleva abierto durante muchos años. Sin embargo, en el último año algunas investigaciones han venido a sugerir que el consumo de lácteos - especialmente enteros - no solo no era peligroso, sino que podía ser beneficioso para nuestra salud.
A estos estudios se le viene a unir un último publicado en el día de ayer, con el matiz de que en este caso se refiere a productos lácteos enteros fermentados. Según los resultados de este estudio, los hombres que consumen productos lácteos fermentados tienen menos riesgo de sufrir enfermedades cardíacas como los infartos que aquellos hombres que no los consumen. Además, un alto consumo de lácteos no fermentados estaba asociado con mayor riesgo de padecer riesgo cardiovascular.
Esta investigación es parte de un estudio longitudinal que comenzó en 1989 y que se sigue llevando a cabo. En este estudio participan 2.000 hombres, 472 de los cuales han sufrido algún tipo de accidente coronario. Para esta investigación concreta se tuvo en cuenta en consumo de lácteos de los participantes, compararon los grupos con mayor y menor consumo y valoraron otros aspectos de la nutrición y estilo de vida.
En los resultados encuentran que el consumo de lácteos fermentados como los yogures, el queso o kefir estaba asociado con un menor riesgo de sufrir ataques al corazón. En cualquier caso, los investigadores indican no conocer todavía el mecanismo que relaciona ambas variables, por lo que es necesaria más investigación.
Por otro lado, un estudio publicado hace tan solo un mes encontraba que el consumo de tres porciones diarias de lácteos enteros protegía nuestra salud cardiovascular. En este caso se trata de una investigación observacional que incluye a 136.384 personas de edades comprendidas entre los 35 y los 70 años en hasta 21 países.
En los resultados obtenidos encuentran que el consumo de lácteos está relacionado con una menor tasa de mortalidad, enfermedades del corazón o ataques al corazón. No solo eso, sino que encuentran que las personas que consumen lácteos enteros tienen menos riesgos cardiovascular que quienes consumen lácteos no enteros.
En vista de estos resultados, y a falta de mayor investigación, parece que el consumo de lácteos enteros - concretamente los fermentados - pueden ayudarnos a cuidar nuestro corazón y reducir el riesgo de sufrir alguna enfermedad cardiovascular.
Imágenes | Unsplash
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