Si os interesa la nutrición y la educación nutricional seguramente seréis lectores de las etiquetas nutricionales de los productos. Allí es donde podemos conocer la composición de los productos, cuál es la cantidad de macronutrientes que nos aportan, si contienen fibra, grasas saturadas, etc.
Tampoco podemos perder de vista otra información importante: la lista de ingredientes. En esta lista aparecen de forma ordenada (de mayor a menor presencia en el producto) cada uno de sus componentes. Muchas veces repasamos la lista de ingredientes en busca de ese azúcar añadido que en nada nos beneficia y que muchos de los productos procesados contienen, incluso como primer ingrediente. ¡Pero cuidado! Porque puede que no siempre se llame "azúcar".
Muchos productos industriales tienen como primer ingrediente el azúcar: la bollería, los snacks dulces, los postres... Otros productos que se publicitan como "bajos en grasa" y en cuya publicidad se nos sugiere que son aptos en dietas de adelgazamiento, tienen azúcar como segundo ingrediente (os dejo un par de ejemplos aquí y aquí). Leed siempre las etiquetas de los productos alimentarios: es el seguro de vida del consumidor frente al marketing de la desinformación.
El azúcar que no ves
Tenemos claro que en los productos dulces hay azúcar (o edulcorantes artificiales), pero ¿qué hay de los salados? ¿Puede tener algo "sano" y salado como una pechuga de pavo en lonchas, azúcar? Esta en concreto lleva dos tipos de azúcar diferente. Esta también lo lleva, como tercer ingrediente. Pero ojo, porque no siempre se llama "azúcar".
Ahora sí, aquí tenéis un pequeño listado con algunos de los nombres que puede recibir el azúcar añadido en los productos alimentarios. No están todos los que son, pero estos suelen ser los más frecuentes.
Jarabe o sirope de maíz de alta fructosa (el más común de todos, después del azúcar; también puede aparecer como JMAF o HFCS), agave o sirope de agave, caramelo, dextrosa, melaza, jarabe o sirope de arce, fructosa, sacarosa, maltosa, maltodextrina, almíbar...
Estos son solo unos cuantos de los nombres que se utilizan normalmente, y es común que en una misma etiqueta de un producto aparezcan varios de ellos con distintos porcentajes: puede aparecer el azúcar en primer lugar, por ejemplo, y en cuarto o quinto el sirope de agave, aumentando más aún su cantidad.
Reciban el nombre que reciban, estos endulzantes siguen aportándonos calorías (4 kilocalorías por gramo). Si utilizáis o localizáis en una etiqueta edulcorantes sintéticos, como pueden ser la sacarina, el ciclamato o el aspartamo, debemos tener en cuenta que estos también aportan calorías, pero al ser su poder endulzante mucho mayor que el del azúcar se usan en tan pequeñas cantidades que apenas nos aportan nada (salvo dulzor).
Sobre el azúcar "escondido" en los diferentes productos (hasta en los menos esperados) y la posibilidad de comer esos mismos productos sin azúcar añadido, os dejamos este vídeo. Escogiendo alimentos en lugar de productos resolveríamos de forma sencilla este problema.
Siempre estamos a tiempo de reeducar a nuestro paladar para que aprenda a apreciar el sabor original de los alimentos. Reducir poco a poco el consumo de azúcar y optar por alimentos en lugar de productos puede ayudarnos a ello.
Imágenes | iStock
Vídeo | Magnet
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