¿Es mejor elegir pechuga o fiambre de pavo? Te explicamos las diferencias entre ambas

Entre los procesados que encontramos en el mercado tenemos a disposición variedad de derivados cárnicos, y los que más frecuentemente se usan cuando buscamos cuidar la salud son la pechuga o fiambre de pavo. Te explicamos las diferencias entre ambas y revelamos cuál conviene elegir cuando buscamos proteger la dieta, la línea y la salud.

Pechuga de pavo

Más allá de la pechuga de pavo fresca, en el supermercado podemos encontrar bajo el nombre de pechuga de pavo un derivado cárnico que según la legislación no es más que la pechuga de pavo en sí sometida a un proceso de pasteurización, cocido y salmuerización.

Así, es una pieza de carne (en este caso la pechuga de pavo) a la cual se puede identificar fácilmente pero que ha recibido un mínimo tratamiento industrial para encontrarse apta para el consumo inmediato.

Si bien la encontramos en el sector de fiambres, la pechuga de pavo no es según la legislación vigente un fiambre en sí, sino que al igual que el jamón cocido o la paleta cocida, la pechuga de pavo no es más que esta pieza de carne con sal agregada, pasteurizada y cocida.

Además, no debe tener almidones añadidos, el porcentaje de azúcares debe ser inferior al 3% y debe tener menos de 2 gramos de proteínas añadidas por cada 100 gramos de producto final.

Fiambre de pavo

La legislación es muy clara en en este sentido y señala que:

...cuando a los productos elaborados con piezas cárnicas se adicionen  féculas, la denominación irá precedida de la mención «fiambre de»...

Es decir, el fiambre de pechuga de pavo no es más que la pechuga de pavo a la cual se han añadido féculas o almidones y que pueden tener un máximo de 5% de azúcares en su composición, un factor más que marca diferencia respecto a la pechuga de pavo que encontramos en el supermercado.

En este caso, lo único que podemos decir es que se trata de harinas refinadas que se suman al fiambre de pechuga o de jamón de pavo y en este sentido, tenemos un producto cárnico de inferior calidad respecto a la pechuga como tal.

¿Fiambre de pechuga de pavo o pechuga de pavo?

Aunque ya mencionamos que la diferencia es el agregado de féculas, nos vamos a remitir a un ejemplo práctico que nos demuestra por qué siempre es mejor elegir pechuga de pavo (sin el "fiambre de" como precedente).

Para una misma marca comercial, el fiambre de pechuga de pavo extrajugosa contiene:

Pechuga de pavo (60%), agua, aroma, almidón, estabilizantes (E420, E451, E407, E508, E412), dextrosa, sal, azúcar, potenciador del sabor (E621), antioxidante (E316), aroma de humo, especias y conservador (E250). PUEDE CONTENER TRAZAS DE PROTEÍNA DE SOJA Y LECHE.

Mientras que la pechuga de pavo incluye como ingredientes:

Pechuga de pavo (65%), agua, aroma, dextrosa, estabilizantes (E420, E451, E408, E508, E412), sal, azúcar, antioxidante (E316) y conservador (E250).

La diferencia es la ausencia de fécula o almidón en la pechuga de pavo mientras que sí se hace presente en el fiambre de pechuga de pavo. 

Además, la pechuga de pavo puede tener un porcentaje superior de carne respecto al fiambre. En este sentido, sería más aconsejable la pechuga que el fiambre de pechuga de pavo. 

Sin embargo, como podemos ver en ambos productos el porcentaje de pechuga de pavo como tal no alcanza el 70% y en muchas marcas no supera el 50%, por lo que, la mejor opción siempre es optar por la carne fresca de pavo y de ser posible, por la pechuga de esta ave.

De esta forma, nos ahorramos azúcares añadidos, sal y un montón de aditivos que son propios del procesamiento industrial pero obtenemos las mismas proteínas magras que los derivados cárnicos antes mencionados.

Imagen |Pixabay, Mosespreciado y Marco Verch Professional

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