Después de largas negociaciones, los ministros de Sanidad y Consumo han aprobado una norma que ofrece mejoras en el etiquetado para que los consumidores puedan identificar fácilmente el contenido de grasas, azúcares y sal en los alimentos, al obligar a las industrias a presentar estos datos de forma clara y legible.
La norma tardará al menos dos años en entrar en vigencia y nace como una manera de ayudar en la lucha contra la obesidad, ya el contenido de azúcar, grasas y sal saltará a la primera línea de los etiquetados y no debe figurar en un tamaño de letra menor a 1.2 milímetros.
Por supuesto, esta norma parece positiva pero constituye un primer paso que necesita más mejoras, por ejemplo, incluir bajo esta normativa a las bebidas alcohólicas y además, usar términos claros cuando se habla de contenido de grasas, azúcares y sal.
Incluso así, los consumidores pueden confundirse, pues muchas veces se utilizan estos datos de nutrición para promocionar un producto y se coloca un 0% grasa de tamaño mayor frente al envase que supera al tamaño de letra del contenido de azúcares que se muestra en la parte trasera de un envase.
En definitiva, hay mucho por mejorar pero la norma que entrará en vigencia para el 2013 no deja de ser un buen puntapié para aclarar el contenido nutricional de los alimentos y así, comer mejor y más sano. Es que la ínfima letra que a veces encontramos en los envases, ilegible, nos lleva a dejar a un lado el etiquetado nutricional de los alimentos que todos los consumidores deberíamos aprender a leer y considerar.
Vía | Directo al Paladar
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Imagen | El Gran Dee