Nutriscore: así funciona el nuevo sistema de etiquetado frontal de alimentos

En un momento en el que los consumidores miramos con lupa (y esto, en ocasiones, no es una frase hecha) las etiquetas de todos los productos que compramos, llega un nuevo etiquetado que nos promete hacernos la vida más sencilla, a base de letras y colores de fácil comprensión para saber si un producto es ideal o no para incluirlo en nuestra alimentación.

Hasta aquí todo perfecto, pero ojalá fuera tan sencillo. Nutriscore, que es como se llama este nuevo sistema de etiquetado frontal de alimentos que se implementará en España, tiene algunas lagunas que están dividiendo la opinión de los profesionales de la nutrición. Te explicamos en qué consiste Nutriscore y cómo utilizarlo en tu cesta de la compra.

¿Qué es y cómo funciona Nutriscore?

El Nutriscore o etiquetado frontal de los alimentos es una herramienta dirigida a los consumidores cuya idea es facilitar la elección de productos dentro de la alimentación.

Funciona con un sistema de cinco colores y letras a través de los cuales se indica al consumidor si un producto es más o menos saludable: la A, en color verde oscuro, haría referencia a un producto saludable para nosotros, mientras que la E, en color rojo, se referiría a productos menos deseables de incluir en nuestra alimentación.

Ahora bien, ¿cómo se califican los diferentes productos en base al Nutriscore? La puntuación se otorgará a través de un algoritmo que tendrá en cuenta diferentes aspectos en base a 100 gramos de cada producto (el hecho de que el cálculo se haga en base a 100 gramos en lugar de en base a cada ración ya lo pone por delante de la propuesta de semáforo nutricional que realizaron hace unos meses algunas empresas de alimentación, y que ha recibido críticas por no corresponderse a las raciones reales de consumo de los productos).

En la práctica, a la hora de puntuar los productos se tienen en cuenta la cantidad de calorías, de azúcares simples, de proteínas, grasas saturadas, sodio, fibra y porcentaje de frutas y verduras por 100 gramos de producto.

Nutriscore está basado en la evidencia científica de la que disponemos en la actualidad y ya está implementado en otros países como Francia con buenos resultados.

No es un sistema perfecto, pero es un primer paso en una buena dirección

Conociendo los factores que se valoran con el Nutriscore, sabemos que un producto con una gran cantidad de azúcar añadido o que tenga un alto contenido en sal estará más cerca de las puntuaciones desfavorables (la E roja o la D naranja). Esto hará que productos como la bollería industrial o los snacks salados tipo patatas fritas tengan una puntuación baja y sean fácilmente identificables por el consumidor como productos poco deseables a la hora de introducirlos en su cesta de la compra.

El problema es que algunos productos que sí son saludables, como puede ser el caso del aceite de oliva virgen extra, pueden obtener malas puntuaciones debido a su alto contenido calórico o de grasas, pudiendo así crear cierta confusión entre los consumidores.

Tal y como apunta Mario Sánchez, tecnólogo de alimentos, es probable que durante la implantación de Nutriscore haya correcciones que afecten a este tipo de productos. Esto es lo que nos comenta Sánchez al respecto:

En mi opinión, la implantación de este sistema de etiquetado frontal puede suponer un avance considerable para que los consumidores comprendan de forma más directa qué tipos de productos están comprando y si son realmente saludables o no. No olvidemos que Nutriscore no viene a sustituir el sistema de etiquetado actual basado en la tabla nutricional y el listado de ingredientes, por ejemplo, sino que es un complemento que suma.

El sistema Nutriscore no es perfecto, algunos alimentos saludables como el AOVE no salen muy bien parados, y otros como refrescos edulcorados sí. Pero esto sólo son suposiciones en base a cómo está funcionando Nutriscore en otros países como Francia. Todavía no sabemos realmente de qué forma se implantará en España, por lo que hablar de todo esto es pura especulación.

Además, aunque así fuera, me parece un sistema con muchas más ventajas que inconvenientes. En la balanza sale ganando. Desde luego si lo comparamos con el etiquetado semáforo o Nutrition Evolved Label que anunciaron algunas empresas alimentarias hace pocas semanas. Ese sistema sí que presentaba carencias importantes y beneficiaba claramente los intereses de la industria ya que se basaba en raciones y no en los 100 gramos, haciendo que muchos ultraprocesados se escaparan de la quema.

Me parece que la medida adoptada por el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social es bastante positiva. Aún así debemos esperar al año que viene para ver cómo se implementa. Desde luego si se hace correctamente, y de la mano con otras medidas anunciadas como la regulación de la publicidad infantil y el control de venta de productos insanos en hospitales y colegios, supondrá un avance importante con respecto a la información alimentaria que se facilita a la población.

Tanto el Consejo General de Colegios Oficiales de Dietistas-Nutricionistas como la Federación Europea de Dietistas-Nutricionistas serán los encargados de que el Nutriscore funcione en pro de la salud de los consumidores.

¿Cómo nos afectará como consumidores?

Un sistema de letras y colores en la parte frontal de los productos es previsible que ayude al consumidor a mejorar sus elecciones a la hora de hacer la compra, en lo que se refiere a calidad nutricional, ya que se trata de un formato muy visual y de fácil comprensión. Eso sí, como apuntaba la ministra de Sanidad Luisa Carcedo, se trata de un sistema diseñado para comparar productos similares entre sí.

En cualquier caso, seguiremos contando con la etiqueta nutricional de los alimentos, que como siempre nos informa de la cantidad de nutrientes tanto por 100 gramos como por ración de los mismos. También seguiremos contando con el listado de ingredientes, donde podemos encontrar todos aquellos que forman parte del producto que vamos a consumir.

Como hemos apuntado hasta ahora, seguir basando nuestra alimentación en alimentos en lugar de productos, y a poder ser que se trate de alimentos locales y de temporada, nos ayudará a mantener una alimentación saludable, si bien la implementación de Nutriscore puede ser una ayuda extra para el consumidor.

A fecha de 19 de noviembre, el Ministerio de Sanidad ha confirmado que los productos que estén formados solamente por un ingrediente, como puede ser el aceite de oliva, no necesitarán llevar Nutriscore. Además, el etiquetado Nutriscore no será obligatorio, según el artículo 35 del Reglamento (UE) N.º 1169/2011 sobre la información alimentaria facilitada al consumidor, sino que solamente será complementario y voluntario.

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