Soja y estrógenos: ¿realmente hay que limitar su consumo si eres hombre?

Santiago Campillo

Colaborador

Licenciado en Biología, divulgador científico y autodidacta a tiempo parcial. Gentilhombre del S. XXI. La Comunicación Científica es mi pasión y también mi profesión cuando se deja. Inquieto por naturaleza, cómodo por vicio y creativo por enfermedad.

 La respuesta rápida a la pregunta es: no. No existen pruebas sobre humanos que indiquen algún tipo de peligro para la salud masculina. La soja, en consumo humano, no muestra la necesidad de mantener precauciones en una dieta normal.

Aun así, existen preocupaciones al respecto. El debate está abierto desde hace una década, aunque, en realidad, no hay argumentos demasiado fuertes para para defender la idea de que la soja es mala para el hombre.

La polémica de la soja

Los primeros estudios serios sobre los efectos de la soja en la salud sexual masculina aparecieron en torno al 2008. En ellos se discutía el efecto de esta legumbre en la calidad del esperma o en la disfunción sexual. La razón no es otra que los fitoestrógenos.

Estas sustancias procedentes de las plantas se parecen muchísimo al estrógeno, una hormona fundamental en el metabolismo humano. Sus efectos en los animales, documentados, hizo sospechar de estos agentes. Los fitoestrógenos no están solo en la soja, sino que se encuentran en numerosas legumbres, y en concentraciones similares o, incluso, más altas.

A pesar de esto, a medida que se ha extendido el uso de la soja por el mundo occidental, se ha diseminado cierta alarma social ante su uso. Las razones no quedan del todo claras, pero eso no ha evitado que se hagan estudios de todo tipo. Algunos han demostrado el efecto de los fitoestrógenos en los animales, sin duda.

Pero eso no significa que tengan algún efecto perjudicial, y mucho menos en humanos. Para esto último no hay ningún tipo de evidencia. Pero el debate se sigue alimentando a día de hoy: ¿son buenos o malos los fitoestrógenos? Un momento, ¿pero qué son en realidad los fitoestrógenos?

¿Qué son los fitoestrógenos y cómo afectan al hombre?

El estrógeno es una hormona sexual esteroidea producida por las mujeres para controlar diversos aspectos importantes de la reproducción. Los estrógenos regulan el ciclo menstrual, cambian el metabolismo de las grasas y el colesterol en sangre y afectan a la manifestación de los caracteres sexuales.

Los fitoestrógenos son un conjunto muy grande de compuestos de las plantas. Su función en esta es muy variada, aunque principalmente se dedican a la protección. Se denominan fito-, de planta y -estrógenos, como la hormona, porque en los animales pueden producir efectos parecidos al estrógeno y a sus antagonistas.

Otros efectos de algunos fitoestrógenos, como las isoflavonas, son muy beneficiosos para el organismo: actúan como antioxidantes, participan en los mecanismos anticancerígenos y otras cosas relacionadas con el metabolismo. Los fitoestrógenos, como decíamos, tienen efectos en los animales por similitud, aunque su origen es distinto.

Estas sustancias han evolucionado, y nosotros con ellas, a lo largo de millones de años. Actualmente hay numerosas investigaciones sobre su potencial aportación beneficiosa a la dieta, aunque no todos los estudios avalan esta suposición. Por otro lado, la soja y sus derivados han demostrado tener interesantes propiedades, algunas potencialmente beneficiosas para la salud, relacionadas o no con los fitoestrógenos.

No hay evidencias que demuestren el peligro de la soja

Antes de proseguir hay que aclarar, como hemos dicho arriba, que sí que se conocen los efectos agonistas y antagonistas (que simulan o que contrarrestan) de los fitoestrógenos en animales. Por eso se denominaron así estas sustancias, claro. ¿Entonces? No hay que confundir los estudios con los hechos.

En primer lugar, el efecto fisiológico observado está comprobado en tejidos, en células y en animales, y siempre en cantidades que no son, para nada, equiparables a las tomadas en una dieta (ni si quiera en una dieta excesiva). En segundo lugar, hay que revisar de qué artículos hablamos, porque la evidencia científica se hace con el tiempo y con muchos estudios.

Al igual que tenemos los que discutían cómo afecta a la calidad del esperma y a la sexualidad masculina, también tenemos otros que indican que, en una dieta suplementada con fitoestrógenos y con soja no tiene efectos negativos. Es más, también hay estudios que confirman que la soja y los fitoestrógenos no afectan a la fertilidad. Pero para poder hacernos una idea mejor es importante que nos vayamos a los metaanálisis.

Los metaanálisis son estudios mucho más complejos, que revisan toda la bibliografía existente sobre un tema y analizan la calidad de sus afirmaciones. Los metaanalisis publicados hasta la fecha lo confirman: no existe ningún motivo para sospechar de los efectos negativos de la soja en la salud masculina. Y hay varias revisiones sobre el tema.

Por el contrario, sabemos que la soja es una buena fuente de proteínas, además, de alta calidad. Por otro lado, los fitoestrógenos como las isoflavonas pueden tener efectos positivos en la salud. Por si fuera poco, ya hemos comentado que la soja no es, ni mucho menos, la única fuente de fitoestrógenos.

¿De dónde viene, entonces, el debate? Como también comentábamos, tampoco está del todo claro. A pesar de ello, varios investigadores siguen revisando los estudios y las evidencias disponibles. Y esto es bueno. La ciencia evoluciona gracias a las evidencias que surgen de ser críticos con lo que sabemos. ¿Quién sabe si en un futuro descubriremos que la soja es mala para la salud? Cuando llegue ese día, se despertarán las alarmas y se cambiarán los hábitos de consumo. Pero hasta entonces, lo que sabemos es que la soja tiene más beneficios que perjuicios, si es que tiene alguno.

Imágenes | Unsplash, Pixabay

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