Definitivamente tomar un café sólamente a primera hora de la mañana no es muy aconsejable para afrontar la jornada de trabajo. Se piensa que la cafeína nos activará y despertaremos de repente para trabajar al 100%. La cafeína puede activarnos, pero si no tenemos de donde fabricar la energía nos puede dar una pájara. El desayuno debe de suponer el 15% de la energía diaria, como supondremos, un café uno llega ni a un 1%, ni siquiera un café con un par de madalenas es suficiente.
El desayuno completo consta de leche, pan, cereales y alguna fruta. La leche proporciona proteínas y energía a base de grasa, además de aportarnos vitaminas. Los cereales y el pan nos dan los hidratos que serán el combustible que nos harán movernos por la mañana y la fruta complementa con vitaminas, minerales y fibra.
El cuerpo por la mañana tiene los depósitos casi vacíos y hay que rellenarlos, un tentenpié a media mañana complementa al desayuno y nos proporciona el tirón suficiente para llegar a la hora de la comida.
Al contrario de lo que pueda pensar la gente, no por mucho comer en el desayuno se va a engordar, como mucho haremos un desayuno de unas 500 kilocalorías y eso se puede quemar tranquilamente a lo largo de la mañana, sólo con el metabolismo basal ya perderemos la mitad.
El único inconveniente de un buen desayuno es que hay que levantarse antes para prepararlo, pero con 5 minutos es suficiente, y estos 5 minutos de sueño no nos van a suponer nada. Empezar el día con una buena alimentación es una buena forma de cuidarnos.
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