Todo sobre la kombucha: qué es, cómo se usa, propiedades y beneficios

¿Has escuchado hablar de la kombucha? Se trata de una bebida muy usada en la actualidad y promocionada como beneficiosa para la salud del organismo. Te contamos todo sobre la misma: qué es, cómo se usa, sus propiedades y beneficios.

¿Qué es la kombucha?

La kombucha es una bebida a base de té fermentado, ligeramente dulce y ácida que se logra mediante la acción sobre el té negro endulzado de bacterias y hongos semejantes a la levadura.

Históricamente se ha consumido en China, Rusia y Alemania aunque sus potenciales efectos positivos sobre el organismo han extendido su uso a todas partes del mundo con fines medicinales.

Por ser un producto fermentado y derivado del té negro, la kombucha se ha vuelto una bebida muy atractiva a la cual se adjudican valiosas propiedades beneficiosas para el organismo que sólo podríamos obtener con beberla, pero ¿qué hay de cierto en ello? ¿Cuáles son sus reales efectos en nuestro cuerpo? A continuación te mostramos lo que la ciencia dice al respecto.

Las propiedades de la kombucha

Ante todo, la kombucha es una bebida y por tanto, es fuente de agua para nuestro organismo. Pero además, la fermentación y el té negro endulzado como origen vuelven a la kombucha en fuente de azúcar (10-13%) y una mínima cantidad de alcohol (entre 1 gramo y 3,6 gramos por litro) producto de las levaduras sobre el azúcar del té.

Igualmente, la kombucha posee vitaminas y minerales varios, entre los que destacan vitaminas del complejo B que nuestro cuerpo necesita para el funcionamiento del sistema nervioso y muscular, vitamina C, hierro, zinc, cobre y manganeso.

Además, por ser una bebida derivada del té negro (aunque también puede elaborarse a partir de té verde), la kombucha posee polifenoles antioxidantes en cantidades variables, pues los mismos se degradan mínimamente durante la fermentación.

En cantidades pequeñas, la kombucha también puede tener cafeína propia del té negro que en nuestro organismo estimula el sistema nervioso central.

La kombucha se suele beber fría, como infusión refrescante y beneficiosa para el organismo, en cantidades recomendadas de entre 100 y 300 ml diarios (aproximadamente un vaso al día).

Los beneficios de la kombucha

Por su riqueza en agua, vitaminas y minerales la kombucha puede contribuir a la hidratación del organismo, y por contener polifenoles antioxidantes como son las catequinas su ingesta puede ofrecer iguales beneficios que la ingesta de té como son reforzar el sistema inmune, contribuir a la quema de grasa e incrementar el metabolismo, prevenir el cáncer y demás.

Los polifenoles y los microorganismos propios de esta bebida también pueden promover funciones digestivas y hepáticas, así como beneficiar la salud cardiovascular, tener actividad anti. estrés y hepatoprotectora, éstas dos últimas funciones se han estudiado sobre todo en roedores.

Aunque muchos consideran que los beneficios del té negro, o del té verde si éste fuera el objeto de fermentación, son trasladables a la kombucha, no son suficientes las investigaciones sobre el tema y por ello, estas ventajas son aun cuestionables, sobre todo, porque las cantidades recomendadas de kombucha son muy inferiores a las que podemos beber de té cada día.

Incluso, en algunas personas la ingesta de kombucha se ha asociado a efectos adversos tales como ictericia, náuseas, dolor de cabeza y cuello, vómitos, y síntomas propios de una reacción alérgica que desaparecieron ante el cese de su consumo.

Por ello, la kombucha puede ser bien tolerada y beneficiosa en muchas personas, sobre todo, consumida en cantidades no superiores a los 300 ml diarios, pero claro está que su ingesta no es milagrosa y que probablemente obtengamos más beneficios de la ingesta de té y no de esta bebida fermentada que además, contiene alcohol, azúcar y bacterias vivas que no siempre son bien aceptadas por el organismo.

Bibliografía consultada | Journal of Food Protection: July 2000, Vol. 63, No. 7, pp. 976-981; International Journal of Food Science and Techonology, Volume 35, Issue 2, March 2000, Pages 201–205; Biomedical and Environmental Sciences : BES [2003, 16(3):276-282, Food Chemistry, Volume 102, Issue 1, 2007, Pages 392–398; Comprehensive Reviews in Food Science and Foods Safety, Volume 13, Issue 4, July 2014, Pages 538–550; Biomedical and Environmental Sciences : BES [2001, 14(3):207-213]; [Food Research International](Food Research International Volume 33, Issue 6, July 2000, Pages 409–421), Volume 33, Issue 6, July 2000, Pages 409–421; Journal of General Internal Medicine, Volume 12, Issue 10, October 1997,Pages 643–645.
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