Estoy seguro que a todos os han dicho alguna vez en la vida, sobre todo hace años, esta mítica frase cuando tardabais un poco en beberos el zumo de naranja recién exprimido. Y es que esta afirmación, pasada de boca en boca y de madre en madre, es sin duda una de las que pasarán a la historia.
"Tómate rápido el zumo que pierde las vitaminas" Pero, ¿es un mito o una realidad? Hoy en día ya existen estudios que se han centrado en desvelar uno de los enigmas caseros más arraigados, "cuánto tardan en desaparecer las vitaminas". ¿Estarían en lo cierto nuestras madres?
Cuando hablamos del tiempo que "tardan en desaparecer las vitaminas", evidentemente, no nos referimos a que vayan a desaparecer del zumo recién exprimido de un momento a otro, sino a que se produzca una disminución considerable de vitamina C en el zumo con el paso del tiempo.
Pero, ¿de cuánto tiempo hablamos?
La clásica frase de "bébete el zumo rápido" lo relacionamos inconscientemente con los minutos posteriores a que la fruta haya sido licuada, pero sin embargo un estudio publicado en la Revista Española de Nutrición Humana y Dietética, nos devela la realidad sobre la posible "desaparición vitamínica".
Según las conclusiones a las que se llegaron, a través de varios trabajos analizados, para que se produzca la disminución considerable de vitamina C en el zumo, deberíamos exponer la bebida a unas condiciones térmicas extremas, como la elevación de temperatura por encima de los 120ºC, ya que esta vitamina es un nutriente inestable a ante el calor.
Dado que este requisito no va a representar una situación de exposición convencional, a no ser que la propiciemos de modo intencionado, la investigación resuelve que las cantidades de vitamina C presentes en el zumo de naranja no se van a ver disminuidas ni afectadas por un espacio temporal estimado de al menos 12 horas. Aunque advierte que, con el paso del tiempo, sí que se podría ver ligeramente modificado el sabor y amargor del zumo.
Cómo es mejor consumir la naranja: entera o en zumo
Para añadir otro dato en cuanto al modo óptimo para consumo de la naranja, hay que tener en cuenta que las propiedades de la pieza de fruta completa y las del zumo no son las mismas.
Por un lado, la cantidad de fibra que posee la pieza de fruta completa es mucho superior a la que ingerimos a través de un zumo de naranja natural, siendo en este caso prácticamente despreciable cuando, además, eliminamos la pulpa de la bebida.
Podemos comprobarlo si echamos un vistazo a la tabla nutricional del zumo de naranja:
Esta diferencia en el contenido de fibra hace que la absorción de azúcares también sea más rápida en el caso del zumo de naranja y que su poder saciante sea bastante inferior. Por estos motivos, la opción de tomar fruta fresca en pieza siempre es más recomendable que la toma continuada de zumos naturales.
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