El veganismo es la mejor forma de salvar al planeta

Hace ya tiempo que la ganadería está señalada como una de las principales causas del cambio climático y la destrucción de los hábitats del planeta.

En un mundo en el que cada vez comemos más carne (y más de la que necesita nuestro cuerpo para estar saludable), la ganadería requiere grandes extensiones de terreno y mucha agua y energía, además de producir emisiones contaminantes y ser poco eficiente en relación con la cantidad de nutrientes que nos aporta.

El 18% de las calorías, el 83% del suelo

Esta semana un nuevo estudio ponía la lupa de nuevo sobre el consumo de carne como fuente de destrucción medioambiental: aporta solo el 18% de las calorías y el 37% de las proteínas con las que se alimenta la humanidad pero ocupa el 83% del suelo dedicado a la producción de alimentos y genera el 60% de los gases con efecto invernadero provenientes de la agricultura. La conversión de suelo salvaje en terreno agrícola es la principal causa de pérdida de biodiversidad.

El mismo estudio señala que sin consumo de carne y lácteos, el uso del suelo para granjas podría reducirse más del 75%, un área equivalente a nivel global a la de la extensión de Estados Unidos, China, la Unión Europea y Australia juntas, y aun así seguir alimentando a todo el mundo, y que incluso los productos lácteos de menor impacto causan más daño medioambiental que los cereales cultivados de la forma menos sostenible posible.

Además, otro estudio reciente señala que a día de hoy el 86% de los mamíferos terrestres son humanos o ganado para alimentar a los humanos.

Mejor el veganismo que comprar un coche eléctrico

El estudio, publicado en la revista Science, creó una gran base de datos de casi 40.000 granjas en 119 países que producen un total de 40 productos que componen el 90% de todo lo que se come en el mundo. Con esta información evaluaron el impacto de esos alimentos desde la granja hasta nuestro plato sobre el uso de la tierra, las emisiones contaminantes, el uso del agua y la contaminación del agua y el aire.

Los resultados muestran que existe mucha diferencia en el impacto medioambiental según cómo se produzcan los nutrientes. La comparación más llamativa ocurre al comparar proteína vegetal y animal: incluso el vacuno criado con el menor impacto posible emite seis veces más gases y necesita 36 veces más tierra de lo necesario para obtener la misma cantidad de proteínas. "Convertir el pasto en carne es como convertir el carbón en energía: tiene un enorme coste medioambiental".

La responsabilidad del consumidor

"Una alimentación vegana es probablemente la medida única con un mayor efecto a la hora de reducir tu impacto sobre el planeta Tierra, no solo respecto a las emisiones, sino también en la acidificación global, la contaminación y el uso de la tierra y el agua. Mucho más que dejar de coger aviones o que comprarte un coche eléctrico", asegura Joseph Poore, científico de la Universidad de Oxford y director de la investigación.

Claro que para eso hay que trasladar a los consumidores que la responsabilidad de tomar decisiones que protejan el medio ambiente está en su mano. Por eso, los científicos sugieren la posibilidad de crear un etiquetado que advierta a los compradores del impacto medioambiental de los alimentos que consumen, y no descartan la eficacia de implementar un impuesto sobre la carne y los lácteos.

Imágenes | Unsplash
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